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Manuel Pereda de Castro, artista

Ida y vuelta

Luis León Barreto

Jordania: refugiados, historia, desiertos

Jordania: refugiados, historia, desiertos

Este es un país que parece un escenario de cine, por el poder apabullante de su desierto Wadi Rum, y su abundancia de ruinas ilustres que han sido llevadas a la pantalla en filmes históricos como Lawrence de Arabia, de 1958, en películas de acción y de ciencia ficción como Indiana Jones y la última cruzada, Star Wars, el Marte de Ridley Scott o El regreso de la momia. Como escenario natural es inigualable, sobre todo la ciudad de Petra ha dado mucho juego en la pantalla, hasta el punto de que es el icono promocional del país. No en vano por estos territorios pasaron los romanos, por aquí transitó Moisés cuando guiaba a su pueblo hacia la Tierra Prometida, por aquí los desiertos rojos y el Mar Muerto. Una nación musulmana moderada que tiene el mérito de albergar en su territorio una gran cantidad de refugiados palestinos y sirios, digamos que es la válvula de escape de los muchos conflictos de Oriente Medio.

Los refugiados palestinos reciben aquí mucho apoyo social y político, al menos hasta ahora. Pueden obtener la ciudadanía y un pasaporte para viajar al extranjero. Estos refugiados han conformado barriadas enteras con edificios hacinados en las afueras de la capital, Ammán, ciudad poco atractiva. Este es un destino turístico que está siendo valorado año tras año, aunque al visitante le sorprende la baja cotización del dólar y el euro respecto a la moneda local, el dinar. Es consecuencia de la guerra de Ucrania nos dice el guía.

Ves el rastro de antiguas civilizaciones que dejaron monumentos importantes, como El Tesoro en Petra, la capital de los nabateos, hasta el punto de que ya es la imagen publicitaria y turística. Los romanos también dejaron ruinas de importantes poblados, y luego figuran acontecimientos registrados en la Biblia pues Moisés mostró desde la elevación del monte Nebo la Tierra Prometida, que él nunca llegaría a pisar. El valle del Jordán, el Mar Muerto y la ciudad de Jerusalén están a un tiro de piedra, podríamos decir, de noche se ven sus luces. Pero la realidad demuestra que entre Israel y Jordania solo ha habido hostilidades, guerras, conflictos de envergadura, guerras relámpago, etcétera. Una vecindad siempre problemática, reflejo de todos los problemas enquistados en Oriente Medio por los siglos de los siglos.

Cuando emprendimos los viajes de este año, a Rumanía y a Jordania, los amigos nos comentaron que cómo se nos ocurría viajar a países de alto riesgo, tan cercanos a zonas en conflicto. Cómo se nos ocurría ir allí, si existen otros destinos tranquilos con balnearios y buenos hoteles. Efectivamente, estuvimos a pocos kilómetros de la frontera rumana con Ucrania, y por otra parte Jordania tiene una larga frontera con Siria. Pero las cosas no fueron peligrosas ni mucho menos, ni siquiera mascarillas en el avión. Hicimos nuestros recorridos sin problemas, y tanto un país como otro, siendo propuestas tan diferentes, cumplieron las expectativas.

Los hoteles de Jordania son buenos y están bien ubicados, sobre todo el que nos tocó en el Mar Muerto era espectacular, con su abundante jardinería y su playa privada donde puedes ponerte en todo el cuerpo los famosos lodos, las bolas de sal y también obtener la clásica foto en que estás flotando porque la gran salinidad impide que tu cuerpo se hunda. Y Aqaba, la estrecha línea de costa que le fue concedida entre Israel y Arabia Saudí, es la mejor ciudad del país, con su puerto, su playa y su notable desarrollo. Conquistada por el propio profeta Mahoma en el 630, se convirtió en paso obligado en las peregrinaciones hacia La Meca, cayó luego en manos de los cruzados, para volver al dominio musulmán.

La gente es afable y la pregunta obligada: ¿eres del Real Madrid o del Barcelona? El fútbol, santo y seña universal.

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