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Fernando Canellada

Azul atlántico

Fernando Canellada

París y Las Canteras

Ángel Víctor Torres durante su participación el Foro Canarias en Positivo MARIA PISACA

No debemos tener complejos ante nada ni ante nadie. Ni ante París. El consejo de autoestima caló ayer en el auditorio del TEA de Tenerife en el que Ángel Víctor Torres explicó, en una segunda oportunidad que le ofrecía el Foro Prensa Ibérica, tras el estreno en Gran Canaria, su visión de Canarias en positivo. Datos y cifras para comparar la realidad autonómica de 2019 antes de la retahíla de catástrofes y crisis, con los de 2022, tras tres años de su gobierno y a siete meses de las elecciones.

Como repetía el recordado Emilio Botín, lo que no son cuentas son cuentos. Y el presidente canario se aplica el cuento. Da cuentas. Torres se extiende en la comparativa de Canarias en el antes y el después de la pandemia. Una relación de magnitudes, informes y estadísticas, publicadas con extensión en estas páginas, en los que arrima los números a su sardina, al Gobierno de las flores.

Aunque tenga en primera fila del auditorio a Román Rodríguez apostillando los datos presidenciales y murmurando su propia versión, Ángel Víctor Torres desgrana una Canarias en positivo con realismo. No se olvida ni ignora las dramáticas cifras del paro, de la población en riesgo de exclusión social ni del abandono escolar. La vida canaria ofrece cara y cruz, en efecto. Pero el líder socialista está obligado a ver la botella medio llena. Otros, de los partidos del pacto de las flores y de la oposición, se encargan de contemplarla medio vacía y airearlo.

Hay momentos de especial entusiasmo presidencial en el relato de su tierra y de su gestión en positivo. Por ejemplo, cuando habla de conseguir en las Islas la sede de la Agencia Europea de Turismo, un pulso en el que Canarias se mide a París. «¿Qué tiene París que no tengamos nosotros?», se preguntó Torres que, pese a que, claro, tienen la Torre Eiffel, pernoctan más turistas en el Archipiélago que en la capital francesa. París siempre será París, se puede añadir, pero le falta la playa de Las Canteras. Y como ejemplo, Luis Padilla, que dejó un alto cargo en la sede parisina de la OCDE para fichar por el Gobierno canario. La razón que le inclinó fue poder vivir en Las Canteras.

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