La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Javier Durán

Reseteando

Javier Durán

Mayores ‘cronificados’ en hospitales

El consejero de Sanidad, Blas Trujillo, presenta el IV Plan de Adicciones en sede parlamentaria. | | CARSTEN W. LAURITSEN Verónica Pavés

El recuento anual de los mayores con alta que ocupan camas hospitalarias por la negativa familiar a llevárselos es, con todo mi respeto, como la caja de turrones, que se dice en Canarias para el que va de un lado para otro metido en los menesteres más variados, la mayoría de las veces improductivos. El ejecutivo regional actual y el saliente, también el de más atrás, y hasta el anterior, se ha acostumbrado a desmembrar numéricamente esta inhumanidad. Blas Trujillo, consejero del ramo y veterano del apparátchik inmortal del PSOE canario, dijo el martes en sede parlamentaria, a preguntas del PP, que es «un problema muy viejo». No sé si tras semejante parto intelectual fue a la barra de la cafetería para reponerse con un donuts de azúcar. Esta claro que es un mal que viene del pleistoceno democrático, por poner un estadio. Un drama que en la mayoría de los casos no tiene su origen en la necesidad de una familia de quitarse una carga y trasladarla al sistema público, que también los habrá. Pero sea con alevosía y nocturnidad, o por falta de medios para cuidarlo, la cuestión acaba en el mismo pudridero: faltan camas sociosanitarias para hacer frente a la vergüenza. En un planeta donde circulan cifras de disparate, 320 o 350 afectados es alpiste para un político profesional. El año que viene el responsable de turno dirá que van por el doble y volverá a remachar, pachorrudamente, que es «un problema muy viejo». Pero lo que se debe explicar es que los mayores cronificados son una muestra de un contexto terrible: personas que mueren solas en su salón o cama, sin un familiar o asistente que los atienda. No parece por tanto inmoral la renuncia a llevarse a su casa al paciente, que, en caso contrario, se vería abocada a una supervivencia dudosa e indigna. La pasividad e ineficacia de la clase política ante el volcán sociosanitario, sobre todo en el Archipiélago, es de órdago. Los gestores de turno deben ser conscientes de una vez que esta sociedad necesita cubrir el cuidado de sus mayores. No todos pueden recurrir al modelo privado para resolver la situación.

Compartir el artículo

stats