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Alfonso González Jerez

Retiro lo escrito

Alfonso González Jerez

Podemos: solos y con prisas

Noemí Santana en un pleno del Parlamento de Canarias LP/DLP

Nadie entiende demasiado lo que está ocurriendo con las izquierdas a la izquierda del PSOE, por emplear la expresión favorita de varios de los toletes y toletas en liza. Como uno es un escribidor provinciano y provincial no me refiero ahora a las arremetidas entre Podemos y el nasciturus político de Yolanda Díaz que, en el fondo, no esconden diferencias estratégicas, programáticas o ideológicas, sino una lucha por el poder, las zonas de influencia y en definitiva el liderazgo efectivo y articulador en ese proyecto unitario que todos anhelan y todos son muy capaces de reventar. Lo que ha hecho Pablo Iglesias es advertir a Díaz que Podemos no va a resignarse a ser su comparsa. Insiste en que la quiere como candidata presidencial, pero rechaza que sobre ese pedestal trate a Podemos como un adminículo disponible para cualquier decorado. La ministra de Trabajo – una política taimada y capaz pero cuya figura ha sufrido un endiosamiento un pelín delirante – no parece muy preocupada y sigue susurrando sentidamente que Sumar somos todos, lo sepamos o no. En el peor de los casos puede contar como red organizativa e instrumento de agitprop con el PCE y, sobre todo, con Comisiones Obreras. Se huele en el ambiente que no va a acabar bien.

Pero uno debe ocuparse de Canarias y aquí, en las ínsulas baratarias, las cosas son más sencillas y a la vez más complejas. Más sencillas: Podemos pretende simplemente, y sin matices, comandar cualquier proyecto de convergencia electoral. Los dirigentes de Podemos Canarias están convencidos que un sumatorio electoral sería positivo, pero no determinante. Les basta con cerrar un acuerdo básico con Si se Puede e Izquierda Unida. Todo lo demás (Más País, la ristra de partiditos verdes, los del llamado Proyecto Drago, algunas plataformas y grupos vecinales) se les antoja redundante y muy poco rentable. Incluso en la triada Podemos no está dispuesto a concesiones importantes: veáse la rapidez con las que abrieron su proceso de primarias y decidieron ya candidaturas tan importantes como las de Noemi Santana –por tercera vez candidata a la Presidencia del Gobierno -- Lara Fuentes, al Parlamento de Canarias por Tenerife, Gemma Martínez al ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria o Manuel Marrero al Cabildo tinerfeño. Como es obvio en esta selección – santificada por unas primarias farsescas – se proyecta la muy acelerada cartelización que ha sufrido un partido que ya es una burocracia al servicio de dirigentes que se designan a sí mismos –previo reparto consensuado en la élite de la organización – para las candidaturas electorales. ¿Alguien se cree que Fuentes o Morales, ya candidatos, cederían el sitio, por ejemplo, a Alberto Rodríguez? El exdiputado hace bien en no fiarse de nadie, porque sus antiguos compañeros en Canarias apenas le mostraron apoyo frente a la dirección federal cuando perdió su escaño por una discutida y discutible sentencia judicial. El hecho de que Rodríguez cuente en su germinal proyecto de partido con gente próxima a Mery Pita no mejora precisamente las cosas.

Más complejas: Podemos dispone de una estructura organizativa muy débil en Canarias, su implantación municipal sigue siendo punto menos que discreta y ha jugado el papel de socio menor en un gobierno presidido por el PSOE y vicepresidido por Nueva Canarias. La experiencia política- electoral acumulada indica que los socios menores suelen ser engullidos en las urnas por los socios mayores. De hecho en Podemos saben perfectamente que sería una heroicidad superar los 60.000 votos – fueron 78.000 en 2019 -- y/o mantener sus cuatro escaños en los comicios del próximo mayo. Y necesitan el grupo parlamentario como fortín para encarar un nuevo y cruel invierno. Aquí Yolanda sigue siendo solamente una canción de Pablo Milanés.

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