La Provincia - Diario de Las Palmas

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El sábado jugamos contra el equipo de robots

Apple se sitúa como la marca más valiosa del mundo por delante de Google

-Sofía, a este ritmo mejoras tu récord

- ¿seguro?

- Sí, y creo que puedes ir aún más deprisa

- ¿de verdad?

- Sí ¿y qué tal si lo intentamos?

- Vale

- ¿estás lista? en tus marcas, preparada, ¡ya!

¡Otra vez!

- Vale

¡con más ganas! ¡Otra vez!

- ¡Vale!

¡ya lo has hecho!

Esta conversación en muy poco tiempo podría ser entre una persona y su móvil o reloj inteligente. O con su robot personal. ¿Ciencia ficción futurista? Siga leyendo.

Apple, Google, Microsoft o Amazon ya tienen en el mercado asistentes personales virtuales. En el centro de estos asistentes hay una inteligencia artificial, o IA. Las IA son programas que recopilan datos, los estudian y ofrecen respuestas que parecen inteligentes adaptadas a esos datos. Muchísimos investigadores y empresas están trabajando en ese sector que mueve inversiones millonarias. Sin ir más lejos en nuestras islas tenemos expertos, hasta el punto que Tenerife se ha postulado como sede de la Agencia Española para la Supervisión de la Inteligencia Artificial.

La inteligencia artificial ya se utiliza en multitud de ámbitos deportivos, desde la prevención de lesiones hasta la optimización del entrenamiento. Puede formar parte de programas de entrenamiento psicológico. El uso de la IA en el deporte no se limita al entrenamiento de los atletas. También puede utilizarse para analizar los datos de los equipos y hacer un seguimiento de los jugadores.

Pero los avances no se limitan a únicamente colaborar con el juego. Las IAs también se han convertido en un competidor más. Hace ya tiempo que los ordenadores son capaces de alcanzar niveles sobrehumanos en juegos como el ajedrez, Go o infinidad de videojuegos clásicos. También en los últimos años se han perfeccionado programas para juegos colectivos, como ha logrado Facebook IA Lab con el poker o Google DeepMind en juegos tremendamente complejos como Starcraft o DOTA, donde ganan sin problema a los mejores jugadores humanos.

Sin embargo, la gran revolución ha llegado en los últimos meses. Los programas anteriores eran excelentes realizando una tarea muy concreta. Sólo esa. Ahora hay inteligencias artificiales capaces de aprender por ellas mismas a realizar tareas que nunca han realizado ni se les ha entrenado. O realizar tareas creativas como crear una imagen o un texto si les proporcionamos una descripción. Ya habrá visto imágenes generadas por IA como Dall-E, Stable Difussion o Midjourney, textos creados con modelos como el GPT-3 o Bloom o incluso leído historias creadas con NovelAI. Y sólo es el principio, cada vez los programas son más complejos y capaces de hacer tareas muy diversas aplicando lo aprendido durante todas ellas en nuevas situaciones. Si lo pensamos, no es muy diferente a como aprende un niño pequeño.

Por ejemplo, volviendo al mundo de los E-Sports, OpenAI ha conseguido crear una inteligencia artificial que ha aprendido a terminar un juego tan amplio y libre como Minecraft. ¿Cómo? Viendo vídeos en YouTube. La inteligencia artificial no sólo se mueve, también crea construcciones y las destruye, y en general juega al juego como si fuera un humano. No sólo hay humanos jugando, hay máquinas jugando contra otras máquinas y ahora con humanos. Esto es como abrir la caja de Pandora.

En 2022 se ha dado el salto definitivo para crear competidores en deportes físicos. En febrero Toyota presentó la evolución de su robot baloncestista CUE, capaz de moverse por la cancha, coger y botar la pelota o de encestar con la precisión de un jugador profesional. En julio Google presentó un brazo robótico que es capaz de jugar a tenis de mesa, en China hay prototipos que juegan al bádminton, los robots de Boston Dynamics hacen parkour...

Y el fútbol no es una excepción. La universidad de Pekín ha desarrollado un equipo de robots que juega contra personas. Hace un mes el MIT mostró un robot portero que es capaz de parar nueve de cada diez balones. Ese robot portero tiene la forma de un perro y es capaz de hacer infinidad de tareas más.

Los desarrollos no se limitan al campo del deporte amateur. En junio, drones de carreras pilotados por una IA diseñada en el Grupo de Percepción y Robótica de la Universidad de Zurich se enfrentaron a varios de los mejores pilotos de competición del mundo, con excelentes resultados.

Y si cree futurista que la inteligencia artificial ya es capaz de crear cosas, competir o que nos vaya a acompañar en todos los ámbitos, le propongo un juego. Adivine que tres párrafos de este artículo los ha completado alguna inteligencia artificial. Una pista, poner atención en el uso de términos que son muy de Wikipedia o textos similares. ¿Sería capaz de detectar que no está hecho por humanos? ¿Es ético que la inteligencia artificial escriba noticias? Aún le pueden quedar dudas. Probemos otra cosa. Un generador de texto en general, no necesariamente de artículos. Por ejemplo, uno que genera cuentos o poemas. ¿Le gustaría saber que una inteligencia artificial le ha escrito un libro y que se ha hecho millonario vendiéndolo?

Nuestra vida y, por supuesto, cómo practicamos deporte no van a ser lo mismo en muy poco tiempo. ¿Se imagina ponerse en forma como Sofía corriendo junto a un acompañante robot? ¿Ha pensado ya que partes del texto las ha escrito una IA? Otra pista. La conversación de Sofía con su robot es una de ellas.

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