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Joaquín Rábago

Papel vegetal

Joaquín Rábago

Airbus le gana la partida a Boeing en China

El canciller alemán Olaf Scholz.

El reciente viaje a China del canciller federal alemán Olaf Scholz estuvo rodeado de críticas de los partidos y medios de comunicación germanos, que, siguiendo la línea de Washington, pusieron en entredicho su oportunidad.

Curiosamente y con la sola excepción del diario de izquierdas Junge Welt, la prensa ignoró el hecho de que durante esa visita se concretase el pedido por China al gigante aeronáutico Airbus de 140 aviones por un valor total de 17.000 millones de dólares.

Se trata, es cierto, de un acuerdo comercial que data del pasado verano, cuando tres grandes aerolíneas del país asiático –Air China, China Eastern y China Southern– hicieron un pedido por un total de 292 unidades del modelo Airbus-A-320, lo que representa un valor de 37.000 millones de dólares.

Pero faltaba la autorización oficial, y esta llegó durante la visita a Pekín del socialdemócrata Scholz, con la firma por la China Aviation Supplies Holding Company del contrato de compra en firme de 140 aparatos de ese modelo.

Por el motivo que fuera, el propio Scholz se cuidó discretamente de mencionar tan lucrativo negocio a diferencia de lo que hizo el ex presidente de EEUU Donald Trump cuando la empresa norteamericana Boeing vendió al país asiático 320 de sus aviones.

Los medios de prensa germanos tampoco informaron de esa operación, de la que sí se ocuparon sin embargo, el diario chino en lengua inglesa Global Times y la agencia de noticias británica Reuters, además del diario alemán antes citado.

Ni el ministerio alemán de Economía, a cuyo frente está el verde Robert Habeck, ni la propia Airbus han querido tampoco comentar esas noticias periodísticas.

La operación de Airbus, si hemos de creer lo publicado, supone un fuerte revés para Boeing, del que el mayor cliente hasta ahora era la empresa China Southern.

Otro de los clientes chinos del gigante aeronáutico estadounidense, Xiamen Airlines, ha encargado últimamente cuarenta aviones al rival de Boeing.

Por su parte, China Southern anuló el contrato que había firmado para la compra de un centenar de aparatos del modelo Boeing 737 Max tras los accidentes fatales sufridos por algunos de esos aparatos.

Los directivos de Boeing no ocultan su preocupación por el impacto negativo que la línea de enfrentamiento frontal con China del Gobierno de Washington pueda tener en sus negocios en ese tan importante como lucrativo mercado asiático.

A diferencia de Boeing, que parece tener en efecto cada vez más dificultades en China, Airbus continúa afianzándose en ese mercado, y así el miércoles de la pasada semana anunció que utilizaría la fábrica que tiene en Tianjín para montar los aparatos del modelo A-320.

Según la propia compañía, ello sólo es posible en cuatro de sus fábricas, las principales de Toulouse (Francia) y Hamburgo (Alemania), junto a las de Mobile (EEUU) y la china de Taijín.

Mientras tanto, China se dispone a explotar comercialmente su propio modelo de avión comercial, el Comac C919, cuya producción había sufrido fuertes retrasos.

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