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Javier Durán

Reseteando

Javier Durán

Reto poblacional: no habrá epifanía

Ángel Víctor Torres durante la entrevista en Bruselas concedida a la Agencia Efe. Zacarías García

El Parlamento de Canarias no suele ser un lugar para anuncios apocalípticos, sobre todo porque si ocurre un colapso sus señorías se quedarían sin nómina. Y eso es temerario. Tampoco resulta agradable para los diputados oír del catedrático Guillermo Morales que las Islas, en caso de no girar, se dirigen a un escenario «aterrador», con un crecimiento poblacional destructivo. Y no les hace tilín porque la razón de ser de sus cargos y sus planes grandilocuentes sería entonces papel mojado e inútil. Por estas y otras cuestiones es extrañísimo que los representantes se adentren en berenjenales tan dolorosos: por ejemplo, además del experto de la Universidad Carlos III, también informó a los partidos el presidente del Consejo Económico y Social (CES), el economista José Carlos Francisco, que apostó por «dimensionar todo» y mirar a Singapur. Una opinión, si cabe, más brutal que la de su compañero: ¿Empezar de cero? ¿Convertirnos en los tigres atlánticos? ¿Instar a la tropa a que se olvide del hormigón y las carreteras? Se trata de las primeras comparecencias vinculadas a la comisión de estudio dedicada al reto demográfico y el equilibrio poblacional de Canarias. Me temo que son el preámbulo de otras que dejarán en Teobaldo Power una mezcla entre impotencia, lamento, nostalgia y decadencia, pero no miedo o hedor a desastre venidero. Todos los que tienen sus posaderas en los sillones de cuero recién comprados no creo que, a la vista de los consejos, decidan parar la trituradora, alarmarse y revisar decisiones contra la colmena de intereses que exprimen el panal, aunque carezcan de informe ambiental para levantar sus mamotretos. Estas comparecencias no van a ser una epifanía para poner patas arriba el pensamiento de los parlamentarios. Llevamos décadas y décadas con la misma cantinela sobre nuestro modelo de desarrollo, y sobre la necesidad decisiva de abrir otras vías. Hemos quemado millones y millones (y me quedo corto) en hacer informes sobre cómo deberíamos hacerlo. Pero todos van a un cajón, y que siga el baile.

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