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Cartas al director

Otra carta más

Augusto Hidalgo. LP/DLP

Para el señor Alcalde.

No sé qué mal le habremos hecho los vecinos de Luis Doreste Silva 50, al señor alcalde o a los técnicos que diseñaron la remodelación del parquin que soportamos delante de nuestro edificio, para que nos traten tan despectiva y discriminadamente.

Después de los ruidos y molestias que tuvimos que sufrir durante el larguísimo periodo de las obras para la metroguagua, llenaron de árboles, palmeras y plantas todas las aceras y medianas de la calle, excepto la acera delante del aparcamiento y este edificio, donde no se plantó absolutamente nada. Primer castigo.

La remodelación del parquin todo, cuando sólo hacía falta hacer nuevas aceras que estaban hundidas desde no se sabe cuántos años, mientras el asfalto se conservaba bien, me pareció un gasto inútil que sale de nuestros impuestos, que me duele.

A pesar de la emisión constante de CO2 que origina la entrada y salida de coches y el encendido y apagado de sus motores que respiramos los vecinos, el proyecto de remodelación tampoco contaba con los árboles de gran porte que rodearan el aparcamiento y absorbieran la contaminación generada. Al final, como una gran dádiva, se plantaron tres exiguos arbolitos, en vez de los árboles de gran porte que se necesitan. Segundo castigo.

Por lo que leo en este periódico, de manera loable el Ayuntamiento está construyendo zonas verdes en muy diferentes sitios de la ciudad para contrarestar la contaminación del aire; pero aquí, precisamente, donde más se necesita, no lo ha hecho. Cuando, durante las obras, vimos que abrían un estrecho foso junto a las aceras, todo alrededor del perímetro del parking, pensamos que sería para plantar un lindo seto vegetal que nos aislara algo de los coches. Pero nuestro gozo en un pozo. Nada de verde, desaprovechando la ocasión de plantar un bonito seto en el foso abierto. Tercer castigo.

Desde el año 1975 que se habitó este edificio, los vecinos contaban con un estrecho paso de peatones que cruzaba el parquin y que los coches respetaban porque, además de conocer su existencia, lo veían, aunque ya estuviese muy desdibujado. Las personas podían cruzar directamente a la calle y atravesar el parking y jamás, en cerca de cincuenta años, hubo un sólo accidente. A algún genio se le ocurrió suprimir el paso de peatones y las personas tienen ahora que cruzar por cualquier sitio del parking donde los coches hayan dejado espacio suficiente para el paso, cada cual por donde le parezca mejor, o por donde pueda y los coches ya no tienen ningún paso de peatones que respetar. O sea, que ahora hay gente cruzando por todas partes, lo que es un verdadero peligro y puede fácilmente causar un día un atropello. Cuarto castigo.

Aquí no se ha tenido en cuenta la accesibilidad de las personas, hoy día algo obligatorio. En el proyecto no se previó la salida a la calle de personas en sillas de ruedas y de las personas de edad o con problemas de movilidad, y en el lugar del paso, se han colocado dos plazas para coches de minusválidos, innecesarias para los vecinos, interrumpiendo la salida directa que teníamos hacia la calle, y obligándonos a cruzar entre los coches, si hay espacio. Al revés de lo que las políticas de hoy día intentan conseguir: que las personas estén primero que los coches. Quinto castigo.

Y el sexto castigo y discriminación: Obligarnos, tanto a la salida, como a la entrada del garaje, a dar un rodeo innecesario con el coche a todo el parking, cuando hemos tenido entrada y salida directa durante cerca de cincuenta años, como la tienen todos los garajes de esta y de todas las calles. Como de locos, pues los pocos taxis o ninguno que ocupan una pequeña parte de la calle, no justifican los cambios y las vueltas que nos hacen dar a los vecinos, perdiendo tiempo, paciencia, gastando gasolina y generando más CO2.

Señor Alcalde, los vecinos, todos, así como los usuarios del parking, también, esperan que se restituya el paso de peatones del aparcamiento de Luis Doreste Silva 50 lo antes posible y que se ponga una rampa que facilite el acceso directo a la acera de la calle, a sillas de ruedas, carritos de compras o de bebés, así como a culquier tipo de troll.

Y un cambio más racional en la entrada y salida del garaje, también se lo agradecerán.

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