Cartas al director

Un mundo mejor

Dolores Fernández Emparan

El mundo me hace llorar, este no es el mundo que yo conocí, no es el que quiero vivir. Vamos tristes, preocupados, hemos perdido la ilusión y es que... unos están enfermos de no tener, otros de pensar y otros de no querer vivir en esta sociedad. Una sociedad injusta, egoísta, donde cada uno va a lo suyo.

Me suelen decir «ocúpate de tu parcela», me pasa que estoy en el mundo y convivo con personas como yo. No puedo vivir solo para mí, hay una sociedad a cuidar y la estamos dejando de lado.

Como ejemplos puedo poner muchos lugares del mundo donde sí quieren arreglar muchas cosas.

Los noruegos no perforan pozos petroleros en las islas Lofoten para preservar el ecosistema de las mismas.

A los donantes suecos les envían cartas como agradecimiento por salvar vidas humanas.

Esther Chilenje, presidenta del parlamento de Malawi, ha llegado a cancelar más de 1.500 matrimonios de menores de edad para enviarlas a escuelas.

La Ley de Especies Amenazadas, la población de tortugas casi en peligro de extinción ha aumentado en un 98%.

California restringe la venta de perros, gatos y conejos, para que los amantes de mascotas vayan a por ellas a los refugios.

Canadá tiene una Ley prohibiendo la industria del entretenimiento con los delfines.

Supermercados tailandeses no permiten bolsas de plástico y sus enseres los llevan envueltos en hojas de platanera.

Corea del Sur organiza fiestas de bailes para los mayores de sesenta y cinco años con el fin de luchar contra la demencia y soledad.

Holanda, primer país sin perros callejeros.

En Roma se puede conseguir un boleto del metro usando botellas de plástico, han sido recogidas trescientas cincuenta mil.

En Holanda siembran techos de paradas de autobús con flores para alimentar a las abejas.

Son ejemplos de personas, que como yo, queremos un mundo mejor. Creo que he citado suficientes países que están a favor de ese cambio a bien. Tomemos nota y pongámoslo en práctica, no solo por las generaciones venideras, por nosotros mismos.

«Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol». Martin Luther King.

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