Hoja de calendario

Pasar a la historia

Antonio Papell

El presidente Sánchez ha sido muy criticado por haber manifestado una obviedad: que pasará a la historia por haber lanzado al dictador del egregio túmulo que se había preparado en el Valle de los Caídos para que la posteridad siguiera loándolo por los siglos de los siglos.

En realidad, nadie, ni siquiera los historiadores actuales, saben bien quiénes pasarán a la historia, en qué grado y con qué méritos o deméritos, pero una cosa es clara: si esta legislatura destaca institucionalmente por alguna razón elocuente, esta es sin duda el plante del principal partido de la oposición en su negativa a renovar los órganos constitucionales, lo que ha causado un daño irreparable al prestigio del poder judicial, ya muy perturbado por antiguas y constantes manipulaciones.

El incumplimiento de la ley, o, más gravemente aún, la tergiversación del espíritu constitucional en perjuicio del estado de derecho por parte de los principales actores políticos –un gran partido político en este caso- abre camino franco a otras aventuras y dislocaciones. Si la fuerza que en cierta medida representa a todo un hemisferio sociopolítico actúa impunemente de este modo, ¿con qué argumentos se podrá detener, por ejemplo, una tentativa de reforma de la forma de Estado? Y si el PP no cumple la Constitución, ¿por qué habrán de hacerlo los nacionalistas periféricos a la hora de reclamar de nuevo un referéndum de autodeterminación?

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