Inventario de perplejidades

La libreta de Van Gaal y el estilo innegociable

Luis van Gaal observa el partido antes de un saque de banda

Luis van Gaal observa el partido antes de un saque de banda / KAI PFAFFENBACH

José Manuel Ponte

José Manuel Ponte

El veterano seleccionador holandés Louis Van Gaal dio una lección de táctica futbolística en su encuentro de cuartos de final contra la Argentina de Messi. Mediado el segundo tiempo ganaba la escuadra bonaerense por 2-0. De haber mantenido el esquema inicial, el partido se hubiera deslizado hacia su conclusión con los argentinos, maestros en el arte de jugar a no jugar, al mando de las operaciones. Y además contaban con la amenaza permanente de un Messi que pudiera desatar su genialidad en cualquier momento.

Consciente del peligro , el anciano entrenador dio un giro radical a su planteamiento y ordenó la salida al campo desde el banquillo a tres bigardos especialistas en el juego aéreo. El dibujo táctico varió sustancialmente y el balón, que se había acostumbrado a deslizarse a ras de hierba, empezó a viajar por el aire. El cambio dio resultado y muy pronto el bombardeo sobre la defensa argentina hizo mella en la solidez del muro que había levantado Lionel Scaloni (por cierto , jugador del Deportivo coruñés durante varias temporadas).

Es mucho mas incómodo verse obligado a saltar continuamente en busca de un balón caído del cielo que chocar de frente contra un atacante que en la mayoría de los casos debe jugar de espaldas a la portería contraria. Cambiar de esquema sobre la marcha cuando vas dos goles por debajo en el marcador y faltan veinte minutos para la conclusión del partido delata a un buen entrenador. Como lo es Van Gaal, que en España sigue siendo muy conocido por su paso por el banquillo del Fútbol Club Barcelona, una entidad que presume ser “algo más que un club”.

Lo que sea el estilo del Barça es un arcano para el que esto escribe. Y por lo que yo sé hubo en la historia varios estilos. ¿ A cual mejor? Eso va en gustos.

Tendría yo ocho años cuando accedí a una colección de jugadores impresa en cromos con las fotos de los barcelonistas César, Moreno y Manchón. Antes de estos dos, marcaron estilo Samitier, Zamora y Escolà, que figuran en lugar destacado en El Llibre d’Or del Futbol Català. Después de la Guerra Civi, asombró el magiar Ladislao Kubala y también los no menos espectaculares Evaristo, Eulogio Martínez y Villaverde, los húngaros Kocsis (“cabecita de oro”) y Czibor, dos húngaros procedentes del legendario Honvéd de Budapest. Y tantos otros, como el fenomenal coruñés Luis Suárez, el único jugador español premiado con El Balón de Oro.

Decir que el estilo del Barça se diferencia de otros estilos es una pedantería. Muy parecida a la de don Florentino Pérez cuando habla de los valores del Real Madrid, Y es aún mas risible la advertencia de que “ese estilo es innegociable”. En un país donde se negocia todo,a la vista o bajo cuerda, decir que algo no puede ser objeto de comercio es una boutade. Alegra saber que la libreta de Van Gaal recomienda tirar “balones a la olla” cuando se comprueba que el “tiki-taka” (que es nuestro estilo) no funciona. Y además aburre a las piedras.

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