Metas, objetivos y rendimiento: Esports

Metas, objetivos y rendimiento: Esports

Metas, objetivos y rendimiento: Esports

Sergio Paredes Del Pino

Cuando me incorporé a UCAM Tokiers como psicólogo tuve la oportunidad de seguir aprendiendo sobre cómo mantener un nivel de forma óptimo como jugadores y jugadoras de esports. Creo que hay tres áreas a entrenar debidamente: la acción, el cuerpo y la mentalidad.

La acción resumiría todo lo que pertenece a tus habilidades mecánicas (por ejemplo: kitear, trade por cs en LOL; flickshots en shooters). Entiendo que algunos hábitos como seguir rutinas de aim, vod reviews y demás permiten mejorar un nivel de destreza a medio plazo. El cuerpo representa el apartado fisiológico: postura corporal, frecuencia cardíaca, temblores de piernas, nivel de cansancio, sueño, molestias musculares… Creo que puedes incidir más en estructurar horarios fuera del juego que respeten tu descanso, hidratación, nutrición, relajación…, y que también has de cumplir con los días libres (donde quizá te “saltes” alguna comida o te permitas algún capricho de tiempo) como con los días de competición. Recuerda que dos personas no rinden ni les afectan las mismas exigencias por igual, y una final a mejor de cinco o BO5 pueden ser realmente agotadoras, aunque si cuidas tu cuerpo es posible que por resistir más al nerviosismo cometas menos errores. Por último, la mentalidad significaría lo que piensas sobre tu desempeño y las expectativas que tienes de obtener resultados. ¿Sabrías reaccionar cuando todo lo que intentas te sale mal en la partida? ¿crees que cometes errores o es “mala suerte”? ¿Qué explicación tienes para seguir intentándolo si con una sola mala decisión puedes perder un partido en el que lo has hecho todo bien?

Yo creo que empleamos demasiado tiempo en buscar aquello que nos hace mejores jugadores/as descuidando lo que realmente nos sirve como personas. Las personas nos equivocamos, cometemos errores, y a menudo perdemos más partidos de los que ganamos. Es muy diferente quedar en una posición que pertenecer a ella, y no es de extrañar que nuestros niveles de dominio en el apartado psicológico sean en buena medida responsables de nuestros éxitos a nivel de acción, como también nuestras acciones repercutan en la visión que tenemos sobre nosotros/as mismos/as. Muchas veces, asumimos que jugamos porque queremos ganar. Creo que el concepto de ganar lo hemos asociado con demostrar un nivel de talento hacia el público y de ello hemos hecho una necesidad individual de obtener reconocimiento. No creo que ganar sea la mejor motivación por mucho que el jugador o la jugadora crean que se desmotivan si van con otra intención. Creo que hay que distinguir lo que queremos conseguir de lo que realmente debemos conseguir.

Podemos tener una meta como alcanzar un nivel de maestría, llegar a un sitio específico, obtener algún premio…, sin embargo, recuerda que no siempre vas a conseguirlo, que no puedes hacerlo todo tú solo/a y que a veces habrá alguien a quien se le dé mejor algunas cosas que a ti. Yo aprovecharía tus limitaciones para hacer de ellas tus mayores virtudes.

Márcate objetivos concretos, olvida la perfección, busca progresión: cumple tres tareas de una amplia checklist cada día, alcanza un KDA positivo en cinco de tus siguientes diez partidas, refuerza a tu equipo cada vez que consigan un objetivo por pequeño que parezca, practica y añade nuevos repertorios para tu rol, mejora tus números individuales en un intervalo de tiempo determinado...estos son sólo algunos ejemplos.

Quédate con el rendimiento, es decir, todo lo que haces para alcanzar dichos objetivos y acercarte paso a paso a tu meta. He coincidido con ávidos lectores de manuales de psicología que entran en la paradoja de que cuanto más creen saber más se alejan de los resultados porque emplean erróneamente lo que aprenden. Mi consigna es clara: diviértete cuando juegas, cuida tu diversión. He planteado el cambiar “me divierto porque gano” a “gano porque me divierto”. Tal vez no te divierte jugar tantas partidas seguidas sin meter una pausa de por medio, quizás no estés en un buen momento personal y necesites hacer otra cosa, tal vez te frustras demasiado rápido o se te ha olvidado cómo te divertías en tu primera partida sabiendo mucho menos y fallando mucho más de lo que fallas ahora. Comprométete a jugar y aprender por diversión.

Un último consejo cuando busques algún tipo de ayuda para mejorar tu rendimiento recuerda que has de adaptarla a tus necesidades en lugar de adaptarte a ti a ella. Incluso antes de que juegues, de que verdaderamente estés aplicando lo aprendido, entramos en una fase de pre-rendimiento. No te quedes solo con lo que en su día les funcionó a tus ídolos/as, es posible que ni siquiera se fijaran en nadie para llegar hasta allí. Si aplicas cosas por el mero hecho de que funcionaron al resto te estarás limitando y convirtiendo en un imitador de sus métodos, lo que probablemente te lleve a perder más tiempo del que realmente aproveches como experiencia. Busca mejorar sus métodos aportando tu valor añadido, lo que realmente te funcione a ti. Hay una forma sencilla y personalizada de empezar desde el apartado de la mentalidad, consiste en rellenar las siguientes frases y repetirlas frente al resultado sea cual sea: “mi objetivo es…” “cuando tenga un mal día haré…” “cuando las cosas vayan mal me acordaré de…” “cuando todo me vaya muy bien intentaré…” “cuando gane…” “cuando pierda…” “mi objetivo seguirá siendo...”

Busca mejorar tus métodos aportando tu valor añadido, lo que realmente te funcione a ti. Si te preguntas cuándo puede ser el instante óptimo para iniciar el cambio, te diré que en realidad cualquier momento puede ser el mejor. Las cosas no cambian con el tiempo, cambian con lo que tú haces en el tiempo, que es diferente. ¿Y si nos planteáramos iniciar este año renovando nuestras metas? Aprovecha tu tiempo para ir más allá de lo que conoces para poder aplicarte en aquello que todavía desconoces. Así ganarás experiencia. No se trata de lo que haces ya, sino de lo que puedes llegar a conseguir si sigues así. Es el momento de ir a por el siguiente objetivo. ¡Arrancamos!

Suscríbete para seguir leyendo