Desde el asiento

2023, ATTAC cumple 25 años

Francisco Morote Costa

Francisco Morote Costa

ATTAC nació en París, en diciembre de 1998. Por consiguiente, en diciembre de 2023, cumplirá 25 años. ATTAC se definía como una «organización internacional involucrada en el movimiento altermundista». Y tanto que lo estaba, como que contribuyó, en 2001, en Porto Alegre (Brasil), a crear el Foro Social Mundial antineoliberal y altermundista y le aportó, precisamente, su idea más fecunda, que «Otro mundo era posible». ATTAC nació para combatir la globalización neoliberal. Hoy no tiene mucho sentido hablar de combatir la globalización neoliberal, porque, más que de globalización, parece que tendríamos que hablar de desglobalización, pero siempre, entonces y ahora, hay que seguir hablando de combatir el neoliberalismo, porque esta versión, la más inhumana del capitalismo, sigue imperando en el mundo. Una minoría exigua, la clase capitalista, sigue imponiendo en cada país y en el mundo un tipo de sociedad en la que, como decía ya en 1963 Bertrand Russell, una « minoría muy pequeña de propietarios somete a la explotación al resto de la población, arremete contra la naturaleza y despilfarra los recursos naturales del planeta». (Political ideals. Londres, Unwin Books, 1963). Combatir el neoliberalismo y trabajar por alternativas sociales, ecológicas y democráticas con el objetivo de garantizar los derechos fundamentales de todos, sigue siendo, por lo tanto, el deber altermundista invariable de ATTAC.

¿Qué hacer, pues, en 2023? ¿Cómo encarar un futuro que parece estar solo en manos de una clase capitalista minoritaria, que no hace sino promover un cambio climático desastroso, un agravamiento de la injusta e intolerable desigualdad social, el atropello de los derechos humanos y, por si fuera poco, una nueva Guerra Fría que acentúa el peligro de enfrentar a los Estados más poderosos en una guerra mundial de carácter nuclear?

Una mirada altermundista al planeta con sus 8.000 millones de seres humanos y millones y millones de seres vivos más, amenazados por un sistema económico tan distópico como el neoliberal, es más necesaria que nunca. Cuando hasta personajes como Pascal Lamy, Director General de la neoliberal Organización Mundial del Comercio (OMC), decía en 2009: «Mi principio es que no hay que renunciar a alternativas al capitalismo. Que no hayamos encontrado por el momento otro sistema (...) no quiere decir que no tengamos que seguir buscando, porque este sistema es muy injusto», sería incomprensible e imperdonable que nosotros los altermundistas, empezando por la gente de ATTAC, no hablase abiertamente ya de alternativas ecológicas, sociales y democráticas que garantizasen los derechos fundamentales de toda la población mundial, derechos que el capitalismo ni garantiza, ni garantizará jamás.

¿Qué hace falta, pues? Poner manos a la obra. Si en el siglo XIX y XX se llamó a la unidad de todos los trabajadores del mundo, víctimas principales de la explotación capitalista, ahora, en el siglo XXI, esa llamada no basta. El movimiento de los trabajadores en su incesante combate contra el capitalismo es insuficiente para transformar el mundo. Al ¡Proletarios del mundo entero, uníos! del pasado, hay que agregar ahora el ¡Altermundistas (ecologistas, feministas, pacifistas, humanitarios) del mundo entero, uníos! del presente, porque la clase trabajadora y su propuesta socialista sola no bastan para vencer la resistencia de una minoría que concentra la mayor parte de la riqueza mundial y que detenta poderes económicos, mediáticos, políticos y militares públicos y privados extraordinarios.

Así pues, al cumplirse el 25 aniversario de la fundación de ATTAC, se hace necesario repensar el papel de ATTAC y qué alternativas sociales, ecológicas y democráticas con el objetivo de garantizar los derechos fundamentales de todos, le propone al conjunto del movimiento altermundista, incluida la clase trabajadora socialista mundial.

¿No sería, por lo tanto, pertinente, buscar siquiera fuera un esbozo de sistema alternativo altermundista al capitalismo? ¿No sería apropiado empezar por considerar algunas de las propuestas que, desde el campo altermundista, se ha brindado a la inmensa mayoría de la sociedad mundial? ¿Serviría, acaso para empezar, tomar en cuenta la propuesta ecosocialista de Joel Kovel y Michael Löwy de 2001, el «Manifiesto Ecosocialista Internacional», y la posterior «Declaración Ecosocialista de Belem» de 2009?

Esa u otras propuestas pueden ser buenas para abrir el camino de la esperanza a la mayoría de la sociedad mundial. Seguir en la indefinición y en la parálisis de las ideas no nos ayudarán a rescatar el mundo, porque ellos, la clase capitalista mundial, solo rescata sus bancos y sus gigantescas empresas, ajenos, por ahora, a la situación de emergencia planetaria, ecológica y social que su sistema promueve.

En fin, el tiempo de las grandes reclamaciones universales comunes ha llegado, seamos congruentes, como cuando exigimos el cambio de sistema, no de clima, al que el capitalismo irresponsable y ciegamente nos aboca.

Suscríbete para seguir leyendo