Reflexión

Pensar Vegueta

Alejandro Peñafiel Hernández

Este nuevo año debe ser el momento para rescatar de los cajones la candidatura del casco histórico de nuestra ciudad para ser patrimonio de la humanidad de la Unesco, iniciado en 2005, y convertirse así en la decimosexta urbe española que tendría ese reconocimiento. Estamos ante una oportunidad única e irrenunciable para repensar y rediseñar el futuro de Vegueta.

​Esta consideración conlleva una serie de obligaciones en favor del mantenimiento de los cascos históricos, como son la protección medioambiental, la restauración y la rentabilización del patrimonio. Un ambicioso objetivo que, por desgracia, no ha sucedido hasta ahora por la falta de una apuesta seria para este emblemático casco histórico, que es ya parte de nuestra intrahistoria.

Ejemplo cercano lo tenemos en la ciudad de la Laguna, que desde el año 1999 forma parte de este selecto grupo. Una apuesta nacida desde la sociedad civil, sabiamente recibida en todos los niveles, para alcanzar la meta del reconocimiento universal, que hasta ahora no hemos sido capaces de conseguir para nuestro casco histórico.

​Sin embargo, la historia nos demuestra, de forma contumaz, que los papeles, papeles son, y si no están respaldados por una verdadera apuesta de futuro, nuestra esperanza quedará, una vez más, en el cajón del olvido. Por eso, es ahora cuando la sociedad debe unirse para recuperar la oportunidad de ver a nuestro casco histórico en el lugar que merece en esta parte, a veces algo olvidada, del Atlántico.

Una ciudad, una isla y una región no deberían permitirse seguir perdiendo una oportunidad única para recuperar la ilusión, ya casi olvidada, de tener un casco histórico patrimonio de la humanidad de la Unesco. Un espacio que debe ser repensado desde toda la sociedad civil pudiendo ser este reconocimiento la excusa perfecta que necesitamos para salir del oscuro presente.

Por este motivo, desde la Asociación de Vecinos de Vegueta Santo Domingo nos sumamos a la Plataforma Ciudadana que se presenta en el paraninfo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria el martes 17 de enero con la esperanza de que el futuro comience ahora.

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