Sol y sombra

La regeneración pendiente

Alberto Núñez Feijóo.

Alberto Núñez Feijóo.

Luis M. Alonso

Luis M. Alonso

Las ideas sobre regeneracionismo político en este país han sido hasta ahora como la Marcha Real, una pieza musical donde no acompaña la letra. Feijóo ha planteado unas medidas para regenerar las degradadas instituciones que, o mucho me equivoco, o contarán con el más absoluto desprecio por parte del otro gran partido, el PSOE, que por algo ha hecho un esfuerzo ímprobo estos últimos años por degradarlas hasta límites insospechados en la democracia. La tónica viene siendo más o menos la misma, desprecio por parte de los socialistas hacia los grandes asuntos de Estado que deberían concitar el consenso, y olvido del Partido Popular, una vez que se produce la alternancia y alcanza el Gobierno. En este sentido no ha habido acuerdo, lo cual resulta vergonzoso además de un caso insólito, ni en las leyes de Educación, que se han ido aprobando sin que resultaran útiles y en medio casi siempre de grandes polémicas. El día en que los electores se den cuenta de lo infructuosa que resulta la política en manos de nuestros políticos, posiblemente empiecen a exigirles otro posicionamiento más positivo y eficaz sobre la gestión pública.

Las instituciones y las leyes tienen que estar al servicio del interés general y no de los partidos. De todas las corrientes imperantes en la Moncloa hasta el momento, el sanchismo ha sido la más dañina con ellas en cuanto a intromisión sectaria y politización. Por fulanismo del propio presidente del Gobierno, coacción de los aliados independentistas y de los socios populistas de izquierda, o por un simple afán de socavar el Estado de derecho dinamitando los logros obtenidos desde la Transición, que marcó algunas líneas rojas que jamás se debían traspasar. Hay interés en destruir lo que funcionaba y ninguno en cambiar las cosas susceptibles de mejorar. Por ejemplo, algo imprescindible para eludir el eterno chantaje político, como es revisar la ley Electoral para que los partidos nacionalistas tengan en el Congreso la representatividad que realmente les corresponde por sus votos.

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