Sol y sombra

El «efecto indeseado»

Pablo Echenique junto a Carolina Darias, en el Congreso.

Pablo Echenique junto a Carolina Darias, en el Congreso. / EFE

Luis M. Alonso

Luis M. Alonso

Nunca se sabrá del todo y, sin embargo, parece más que presumible. A los socialistas del Gobierno habría que preguntarles para que respondan con la mano en el corazón si el «efecto indeseado» del que hablan en la ley del «solo sí es sí», que ahora, después del daño irreparable causado, están dispuestos a revisar, son las más de 300 rebajas de penas y la excarcelación de los violadores o sencillamente se trata de la repercusión negativa que todo ello puede tener en las urnas.

Sánchez, en el fondo, es consciente de que aunque la ley proviene de un Ministerio de sus socios su materialización le compromete como máximo responsable del Ejecutivo. No puede haber nadie con dos dedos de frente que le exima de la culpa que le corresponde por no haberle puesto freno a su debido tiempo. Él y los suyos votaron a favor de este disparate legislativo y solo se han bajado del caballo por la proximidad electoral y tras haberse cerciorado bien de que Podemos no está dispuesto a romper ninguna coalición cuando se trata de mantener a salvo las poltronas y los sueldos de sus cargos. Programado en el circo de la supervivencia, Pablo Echenique le reprocha al PSOE que se arriesgue a romper la unidad del Gobierno, pero enseguida se apresura a matizar que eso no va a suceder y descarta la salida de Podemos. ¿Dónde está entonces el riesgo? El riesgo no existe bajo ninguna circunstancia, los sillones tienen pegamento.

Formando parte de una escenificación, el que realmente quiere salirse del foco de la culpa es Sánchez para no tener que seguir sumando la impopularidad que arrastra una ley concebida por una jarca de indocumentados que insisten en seguir echando la culpa a los jueces conservadores de la interpretación, cuando han sido conservadores, progresistas y hasta mediopensionistas los que se han visto obligados a rebajar las penas de los agresores sexuales y, dependiendo de los casos, a ponerlos en libertad.

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