ANÁLISIS

No puedo

Porque así era, un tipo que te decía lo que pensaba, que novela tras novela te llamaba y te espetaba: me ha gustado, pero. Así era como te hacía ser mejor

No puedo

No puedo / Carlos Bassas del Rey

Carlos Bassas del Rey

No puedo, no quiero escribir esto. Hoy la página en blanco es más enemiga que nunca. La muerte de Alexis Ravelo me ha pillado planeando un nuevo encuentro con él en BCNEGRA tras pasar juntos unos días maravillosos en Los Llanos de Aridane. No puedo, no quiero escribir esto porque las palabras no me alcanzan. Hoy son herramientas inútiles, más aún si cabe, para expresar lo que siento, para decir lo que quiero, lo que me arde. Alexis ha muerto. El abrazo más grande, el tipo más cálido, brillante, inteligente, amable y honesto, directo. Nos quedan sus libros, sí, que son él también, pero no es eso lo que más importa ahora, sino esos abrazos, esas charlas, sus consejos, su risa, su bonhomía con todos, con el que empieza, con el novato asustado. Porque, por encima de todo, Alexis Ravelo era un buen hombre, un tipo grande, enorme, excepcional. Poco imaginaba que el abrazo que nos dimos en Aridane hace apenas unos días iba a ser el último; te hubiera estrujado más, me hubiera quedado más rato a vivir en él. Poco imaginaba también que su despedida como comisario del festival de novela negra Aridane Criminal iba a ser tan rotunda, tan definitiva. Habíamos hablado mucho de ello, de excomisario a comisario aún; de cuándo saber dar un paso al lado en estas cosas, que si a la tercera edición, que si a la cuarta; habíamos hablado mucho de tanto, de todo, de escritura, de novelas y de la vida. Me dejas tantas palabras, consejos, abrazos, miradas, risas, apuntes, opiniones siempre certeras, maestro… Aunque no te gustara que te llamase así. Eso eras para mí, Maestro, Sensei, el que precede, el que ya ha recorrido el camino antes que tú. Gracias por enseñarme a escribir mejor, a ser mejor. Porque así era Alexis Ravelo, un tipo que te decía lo que pensaba, que novela tras novela te llamaba y te espetaba: me ha gustado, pero. Me ha encantado, pero. O directamente: no me ha gustado. Así era como te hacía ser mejor. Todos te darán las gracias por Eladio. Yo te las doy por cada letra de cada palabra de cada frase de cada párrafo de cada páginas. Y, sobre todo, por Ned Blackbird, del que ambos formábamos su mayor Club de Fans. Y ahora toca, sí, hablar de lo que Alexis Ravelo ha supuesto para la literatura en general, y para la literatura negra, que también lo es, con mayúscula, ¿verdad, chacho?, de este país: todo.

Suscríbete para seguir leyendo