Reflexión

Telde, cartel de cerrado

Si comparamos Telde con ciudades como Arucas, Gáldar, Agüimes, Vecindario, comprobamos que la ciudad se ha quedado a la cola de todo

Fachada del edificio de Usos Múltiples de El Cubillo, donde se encuentran las oficinas municipales.

Fachada del edificio de Usos Múltiples de El Cubillo, donde se encuentran las oficinas municipales.

Claudio Ojeda González

A lo largo de los últimos treinta años, un partido político ha convertido la ciudad de Telde en un instrumento en favor de unos pocos. Los ciudadanos han asumido el retroceso permanente como un mal menor. Si comparamos Telde con ciudades como Arucas, Gáldar, Agüimes, Vecindario, comprobamos que la ciudad se ha quedado a la cola de todo.

A día de hoy, Telde tiene zonas comerciales sin aparcamiento, su mercado central cerrado, la residencia de mayores cerrada, el polideportivo municipal cerrado, edificios terminados cerrados y llenos de pintadas, el barrio histórico de San Francisco abandonado, un polideportivo nuevo pendiente del alta con una reclamación de 30 millones de euros al ayuntamiento por no estar finalizada la urbanización. Un auditorio sin terminar, fuera de escala y lleno de basura, convertido en la imagen más lamentable y real de la situación actual de la ciudad.

El Plan General lleva veinte años en un cajón, provocando por ejemplo, que la circunvalación se haya quedado sin espacio y se levanten edificios a menos de dos metros del margen de la carretera. No existen recorridos peatonales consecuencia también de no tener el Plan General actualizado. Se han realizado revisiones parciales en aquellas zonas donde sólo se beneficia a unos pocos.

El tema de los aparcamientos es un tema sangrante. Miles de metros de suelo municipal entregados a las multinacionales en la zona de La Mareta, en detrimento del centro de la ciudad. La negativa de la corporación a poner zonas de aparcamiento en suelo público, para dinamizar toda la zona comercial.

Otro despropósito es no haber defendido la negociación de los aparcamientos de Melenara, en contra del ciudadano que va a disfrutar del mejor espacio público que tenemos. Tampoco se ha puesto en práctica el anteproyecto de la unión peatonal de San Gregorio, San Francisco y San Juan, un recorrido que muchas ciudades quisieran tener, y sería un reclamo turístico de gran importancia para la ciudad.

En definitiva, una ciudad que retrocede de forma imparable, debido a un ayuntamiento que ha colgado el «cartel de cerrado».

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