Retiro lo escrito

El PSOE se equivoca

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en un acto de la Guardia Civil

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en un acto de la Guardia Civil / Iñaki Berasaluce - Europa Press

Alfonso González Jerez

Alfonso González Jerez

El PSOE canario se está equivocando en la gestión política y mediática del escándalo de los Fuentes y mierdosa compañía. Están errando tanto los potencialmente afectados por esta crisis explosiva como los dirigentes evidentemente decentes y honrados, verbigracia la portavoz del grupo parlamentario socialista, Nayra Alemán, quien ha soltado una enormidad: que no cree en casualidades y que los mandos policiales que han dirigido la investigación sobre los individuos han hecho coincidir su conocimiento público con la proximidad de las elecciones. Jamás como ahora ha sido tan evidente –y lamentable– la bisoñez de Alemán y su constancia en ejemplarizar el principio de Peter en el ámbito parlamentario. La Policía Nacional no investiga a quien se le antoja, sino que sigue un mandato judicial. ¿Pretende Nayra Alemán insinuar que la juez trabaja oscuramente para el PP, Coalición Canaria o Teruel existe? Por lo demás, el ministro del Interior, según todas las fuentes, sigue siendo el señor Grande-Marlaska. Más vale que Alemán guarde un respetuoso silencio y que no insista en que la oposición no puede amplificar las declaraciones de Antonio Navarro, porque es un delincuente. Claro que lo es. Estas asociaciones criminales suelen ser denunciadas por uno de sus miembros, que se convierte en soplón en su propio beneficio, no por superhéroes de Marvel o catedráticos de Filosofía Moral.

Por supuesto, se pueden registrar cosas peores. A Pedro Martín, presidente del Cabildo de Tenerife, aseverando que el caso Mediador no tienen nada que ver con la corporación, cuando fue una estupidez del director insular de Deportes en sus trapicheos malolientes con Antonio Navarro quien originó este tsunami sobre una corrupción putera y excrementicia que tiene como agentes principales a un diputado y un general de división (retirado) de la Guardia Civil. Martín tiene una única convicción: los ciudadanos son oligofrénicos y se creerán hasta entusiásticamente cualquier memez que suelte si lleva bien la corbata. Para empezar –solo para empezar– el presidente del Cabildo tinerfeño debería aclarar por qué dimitió Ángel Pérez Peña y, antes aun, por qué lo designó para ese cargo. Ninguno de los dos extremos ha tenido a bien precisar Martín. Sí, el caso Mediador tiene que ver con el Cabildo de Tenerife y, por lo tanto, tiene que ver con Pedro Martín, su máximo responsable institucional. ¿Esta miseria argumental es todo lo que pudo conseguir Nira Fierro, secretario de Organización del PSOE, después de varias horas reunidas con el presidente del Cabildo?

Los socialistas canarios, todavía en estado de shock, no han logrado construir un relato plausible y un argumentario eficaz para enfrentarse a esta embestida. En las últimas horas los que les ponen más nerviosos no son los adversarios políticos, sino los compañeros de la dirección federal. Esa cacareada cena free convocada por Navarro para una quincena de diputados socialistas en un restaurante madrileño de cinco tenedores, de los que supuestamente salieron varios para visitar prostíbulos, tiene a muchos fuera de sí (por cierto, de creer algunas filtraciones sumariales, a los diputados reunidos en el bistró de Ramsés, ochenta euros por barba, se sumó un senador canario que se pasa en día sermoneando en Twitter). Porque Ferraz quiere cortar esto de una puñetera vez y lo mejor es dejar claro –en Madrid– que se trata de un endemismo canario y que con tres o cuatro dimisiones en el Archipiélago aflojaría el ruido. Los socialistas canarios deberían asumir la situación y reconocer responsabilidades políticas (dimisión o destitución de Alicia Vanoostende, consejera de Agricultura) emprender una investigación interna en todo el Ejecutivo con la promesa de entregar un informe dentro de un mes, y disolución de la dirección del PSOE de Fuerteventura y su sustitución por una gestora, que a ser posible no termine por presidir nadie apellidado Fuentes. Ni Acosta.

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