Reseteando

¡Qué les vaya bien en los Países Bajos!

Prostitutas, alcohol y drogas: las noches de fiesta en el 'Caso Mediador'

Prostitutas, alcohol y drogas: las noches de fiesta en el 'Caso Mediador' / LP/DLP

Javier Durán

Javier Durán

En sentido contrario al aparente berrinche que han montado los populares por la marcha a los Países Bajos de Ferrovial, la deslocalización de la multinacional expresa en su meollo al poder fáctico puro y duro. Embravecidos por el Celtiberia Show (Luis Carandell) del caso Mediador y su influjo en una victoria electoral, ni se les ha movido un pelo a la hora de afirmar que tras la fuga de la constructora está la falta de tacto de los socialistas con la opulenta firma. Si hubiese sido así, si su presidente Rafael del Pino contase ahora con un traje a medida diseñado por la ministra Calviño, estaríamos ante un caso de compadreo con un poder fáctico. Y por supuesto, Núñez Feijóo pediría explicaciones a Pedro Sánchez por dejarse intimidar. El más alto ejecutivo de la compañía -grande entre las grandes del tejido productivo- le ha hecho una peineta a España con malas maneras y sin ningún sentido patriótico. En la decisión no ha pesado que gran parte de su competitividad actual se la debe a los concursos de obra pública de este país, un factor de apego que ya no cotiza en el capitalismo salvaje. Ni tampoco que se beneficiara de los Erte del estado de alarma por la pandemia de un sistema, alega, que no da «seguridad jurídica» a sus inversiones. Podrían haber dicho que le va mejor en los Países Bajos para pagar menos impuestos por ser titulares de una fortuna inasequible al desaliento, pero como exuberante poder fáctico han preferido poner a España al nivel de un régimen populista. No se pueden hacer jugaditas que afecten al empleo, la inversiones extranjeras, la estabilidad de la balanza de pagos o fomentar el efecto contagio amparándose en alteraciones del estatus legal, cuando lo que hay detrás radica en la humana acumulación de dinero a raudales. Echarle la culpa a la estructura no procede, refleja insolidaridad, sobre todo con un Estado que les ha dado una manantial desde que empezaron con las traviesas para los trenes y acabaron en las infraestructuras a lo largo y ancho del planeta. ¡Qué les vaya bien en los Países Bajos! Manejos de la plutocracia.

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