Al azar

Vox, el baluarte del comunismo

El presidente de Vox, Santiago Abascal, junto al candidato de la moción de censura, Ramón Tamames

El presidente de Vox, Santiago Abascal, junto al candidato de la moción de censura, Ramón Tamames / VOX

Matías Vallés

Matías Vallés

Hay ideas extravagantes, otras son esperpénticas, y por encima de ellas deslumbra la propuesta de Ramón Tamames como candidato a La Moncloa en el nombre de Vox. El partido que prescinde de Santiago Abascal se ha convertido en la última esperanza comunista, en el baluarte del marxismo leninismo que ningún progresista en sus cabales se atrevería a predicar. La formación de censura está trabajando más en pro de la extrema izquierda que Podemos, porque Pablo Iglesias asaltó los cielos al grito de que «el PC os ha traicionado».

Frente a la proclamación de Todo a la vez en todas partes como película del año, la ascensión de Tamames a los cielos un siglo después de su fecha de caducidad adquiere verosimilitud. Franco como dictador sería inconcebible sin el marxismo que condenaba a cada paso, la reivindicación del franquismo debe redondearse con el antifranquismo encarnado por el catedrático de solo 89 años. Vox antepone la distorsión histórica a la memoria ídem, pero los extremos nostálgicos se tocan.

Tamames se quedará la semana que viene a un centenar de votos de la presidencia del Gobierno, ningún comunista llegó tan lejos. Con el aliciente adicional de la orfandad, porque ni Putin se anima a rescatar el comunismo, se refugia en una Rusia imperial. Ante la voladura de las esencias, por fuerza tiene que haber sectores de la ultraderecha moderada obsesionados con suspender la moción, aunque sea alegando un súbito empeoramiento de la salud de un candidato que deberá ser izado a la tribuna. Ahora bien, el catedrático no tiene nada que perder, es Vox quien se presenta a las elecciones. La astracanada en curso contamina a su inevitable socio del PP. Si los populares no pueden evitar el espectáculo, sus hipotéticos Gobiernos mixtos provocarán más escenas de fruición que PSOE y Podemos acusándose mutuamente de traicionar a la mitad de la humanidad. Se sabía de antiguo que España era mucho reto para Vox, pero ahora resulta que es incluso un país de países demasiado complicado para el cerebro privilegiado de Tamames. No hay remedio.

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