Elecciones 28M

Sánchez renuncia a las autonómicas

La izquierda le está concediendo un balón de oxígeno al difuminado presidente del PP, tal vez por el pánico a que sea sustituido por Ayuso

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. / Eduardo Parra / EP

Matías Vallés

Matías Vallés

Ni el Centro de Investigaciones Sociológicas se cree que el PSOE aventaja en más de cuatro puntos al PP en unas generales, y no se necesita al CIS para averiguar que Yolanda Díaz hunde a Podemos. La misma semana en que Pablo Iglesias exteriorizaba la frustración con su difusión mediática, queda relegado a segundón en el palmarés de la izquierda política. El barómetro sesgado en el duelo cumbre es útil para comprobar hasta qué punto Sumar fagocita a su vecino, y el beneficio que obtiene la izquierda con esa disrupción.

El CIS coincide con otras encuestas y con cualquier observador desapasionado en que Sumar aniquila a Podemos, antes incluso de las autonómicas. El recién nacido no solo va camino de doblar a su progenitor, arrinconado en un 5,1 por ciento de voto directo que amenaza su permanencia en parlamentos autonómicos como el balear o valenciano (ver más adelante). En el deber, el magnetismo personal de Yolanda Díaz se vuelve contra la izquierda en un 28M al que no aspira, con una deliberada maniobra asfixiante.

Mediante una audaz variante política del sacrificio de dama, Pedro Sánchez ha promocionado en las generales a la vicepresidenta a la que concedió la alternativa en la moción de censura, a costa de cercenar las expectativas de su partido el 28M. El secretario general del PSOE renuncia a concursar en las autonómicas, en medio de una desbandada generalizada. Yolanda Díaz también se inhibe en mayo, Podemos duda de su entrada en los parlamentos y el título de primer abstencionista siempre corresponde a Núñez Feijóo cuando confesó que los socialistas "resistirán mejor" de lo esperado en las locales. El presunto líder de la derecha cede en valoración ante la fundadora de Sumar, que casi le iguala en partidarios de ascenderla a La Moncloa. Sin embargo, la izquierda le está concediendo un balón de oxígeno al difuminado presidente del PP, tal vez por el pánico a que sea sustituido por Ayuso.

Ceder mayo para ganar diciembre es muy arriesgado, cuando lo más probable es un vencedor homogéneo en ambas citas.