Observatorio

Otras miradas posibles al 28M

Otras miradas posibles al 28M

Otras miradas posibles al 28M / Joan Cañete Bayle

Joan Cañete Bayle

Mañana domingo se celebran elecciones municipales en toda España y autonómicas en la mayoría de las comunidades, y aunque lo que los ciudadanos elegirán es a sus representantes políticos más cercanos, en Madrid (entendido como el Leviatán que se arroga el poder político y económico del país) el resultado se leerá como una suerte de primera vuelta de las elecciones generales que todo apunta a que se convocarán a finales de año. Hay, según en qué círculos, muchas ganas de que se vote en las generales porque se intuye un posible cambio en la Moncloa (si es pensamiento mágico o no, el tiempo lo dirá). La historia marca, y al fin y al cabo este es un país en el que a menudo las elecciones locales señalan tendencias, abren caminos, crean momentum políticos e incluso derrocan a reyes, así que es normal que sobre todo aquellos que abominan del denominado sanchismo esperen con ilusión el 28M.

Ese, lo que en la jerga política se llama «la clave nacional», será uno de los niveles de análisis de los resultados: el de Isabel Díaz Ayuso, el reparto de votos, la distribución de poder regional, la fuerza o la debilidad política con la que salen del 28M Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. Otra forma de interpretar el veredicto de las urnas será, por supuesto, la visión local y autonómica, con batallas apasionantes como Barcelona, Sevilla y Valencia. Pero más allá de estos focos de interés principales, el 28M también arrojará luz a otros asuntos trascendentes de nuestra vida política:

La implantación territorial de Vox

La formación de extrema derecha irrumpió en el panorama electoral en las elecciones andaluzas de 2018. Desde entonces, Vox no flaquea en su desempeño electoral, puesto a prueba en diferentes convocatorias. Por ejemplo, en las municipales de 2019 logró 547 concejalías y en las generales obtuvo 52 diputados. Cinco años después, el 28M mostrará la salud del proyecto de Santiago Abascal y veremos si le permite acceder a tocar cierto poder institucional. Dicho de otra forma: comprobaremos hasta qué punto en España se ha normalizado la acción política de la extrema derecha.

La izquierda del PSOE

Se cumple casi una década desde otra irrupción, la de Podemos en las elecciones al Parlamento Europeo de 2014, previa de las municipales de 2015 que abrió la puerta a los denominados «ayuntamientos del cambio», encabezados por las diferencias confluencias y mareas y con Manuela Carmena y Ada Colau como grandes símbolos en Madrid y_Barcelona. Mucho ha llovido en este espacio político, tanto que en ocasiones es sencillo olvidar el fulgurante camino que llevó a Podemos, Comuns, Compromís y otros movimientos de izquierdas de las plazas del 15M a altas cotas de poder institucional, incluido el Gobierno central esta legislatura. Otros (Ciudadanos) lo intentaron y fracasaron. Para este espacio político, el 28M puede suponer un punto final o un punto y aparte. En cualquier caso, el 28M será el primer capítulo. El desenlace de la historia lo veremos en las generales. Con Sumar y Podemos en OK Corral y Ciudadanos convertido en un festín que degustará sobre todo el PP, habrá quien se sienta tentado de interpretar las sumas y restas del 28M como una suerte de regreso a una (añorada por alguno­­­s)_normalidad bipartidista. Veremos.

El eterno pulso ERC-Junts

Aunque se dé el ‘procés’ por enterrado, de la independencia apenas se hable en estas elecciones y la fuerza emergente en Catalunya parezca ser este PSC de nuevo aspirante a airbag entre todas las Catalunyes, el pulso sin fin del soberanismo sigue siendo un vector clave de la política catalana. El 28M dictará sentencia sobre el reparto del poder territorial entre ERC y Junts sin la distorsión que fue el PDECat en 2019 y podrá leerse, también, como un juicio del independentismo a la gestión de ERC en la Generalitat. Ojo a las sacudidas catalanas que pueden tener los resultados del 28M.

Los grandes debates

Habrá otra forma de explicar el 28M, más difícil, poliédrica y sutil, y por ello muy interesante. Con sus papeletas, la ciudadanía dirá dónde se encuentra España en algunos de los grandes debates de nuestro tiempo: la gestión de proximidad de la emergencia climática (de la movilidad al urbanismo), la crisis de vivienda, los recursos que es necesario aportar a los servicios públicos, la convivencia entre comunidades...

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