Papel vegetal

La cosa se pone cada vez más fea

Joaquín Rábago

Joaquín Rábago

La guerra sube de tono con los ataques con misiles desde el territorio ucraniano a barrios residenciales de la capital de la Federación Rusa, entre ellos la llamada "milla de oro" de Moscú, donde viven los más ricos del país y tiene una residencia el propio Vladimir Putin.

Aunque la mayoría de los treinta misiles disparados fueron destruidos en el aire antes de impactar, el deslenguado presidente del grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, dijo que el ministerio de Defensa parecía dormido y criticó el hecho de que esos misiles ucranianos hubieran podido entrar en dormitorios de gente normal. Los de los oligarcas no le preocupaban.

El ataque ucraniano, que causó destrozos en algunos edificios, se considera una respuesta al lanzado antes por Rusia, que destruyó según algunas informaciones, el cuartel general del servicio de información militar ucraniano.

De visita en Kiev, el senador estadounidense Lindsey Graham se dijo impresionado por el ataque ucraniano a la capital enemiga y pronosticó una inminente "demostración de fuerza" del Ejército ucraniano.

Se trata del mismo senador que hace unos días afirmó "los rusos están muriendo" y que la ayuda militar de EEUU a Ucrania era "el dinero mejor gastado", palabras que provocaron las iras del Kremlin.

Aunque el propio legislador se vio obligado a rectificar y dijo que se habían manipulado sus palabras, las autoridades rusas emitieron una "orden de detención" contra su persona.

Mientras tanto aumenta la presión tanto desde Washington como desde Bruselas para que Ucrania lance su desde hace tiempo anunciada "contraofensiva de primavera" en el frente del este.

El propio presidente Zelenski declaró esta semana que el país tenía ya las armas y los hombres necesarios y que ahora se trataba sólo de decidir el momento,.

Hay, sin embargo, voces que dudan, dada la relación de fuerzas entre los contendientes, de que la ofensiva, si finalmente se produce, pueda tener éxito.

Un emisario del Gobierno de Pekín, que trata de mediar en el conflicto, ha visitado varias capitales europeas y supuestamente comentó a los altos funcionarios con quienes se entrevistó que Ucrania debería aceptar la pérdida de las cuatro regiones ocupadas por Rusia además de Crimea y que los europeos deberían distanciarse de EEUU.

Sin embargo, el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, dijo haber preguntado a sus colegas europeos si eso era así, y ésos lo negaron, por lo que calificó todo de "desinformación".

Pero, de creer al diario italiano La Repubblica, EEUU desearía "congelar el conflicto", algo de lo que se habla mucho últimamente, lo cual significa que Ucrania tendría que aceptar "ciertas pérdidas territoriales" así como, al menos por el momento, la renuncia al ingreso en la OTAN

En cualquier caso, tan importante o más que la guerra en el campo de batalla es la llamada "guerra psicológica", y resulta muchas veces difícil por no decir imposible saber quién dice la verdad y quién está mintiendo, sobre todo cuando aquí sólo tenemos la versión de Occidente al haber bloqueado la UE todos los medios.

Y así tenemos que creer al jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, cuando afirma que Rusia no negociará hasta que gane la guerra, por lo que no queda otro remedio que seguir armando a Ucrania.

Mientras tanto, el cineasta italiano Michelangelo Severgnini, ha denunciado que la red social "YouTube" censurase un documental suyo titulado Referéndum que pretende "romper el muro de silencio" sobre una iniciativa de dos comités de "Italia por la Paz" opuestos al rearme de Ucrania.

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