Retiro lo escrito

CCC

Alfonso González Jerez

Alfonso González Jerez

La reforma electoral mandatada en el nuevo Estatuto de Autonomía de 2018 y cuyo desarrollo normativo aprobó finalmente en el Parlamento en 2022 refuerza el multipartidismo en la Cámara regional. Desde 2019 será muy difícil un Gobierno que no necesite de tres fuerzas políticas para sustentarlo parlamentariamente. Entre otras razones porque el segundo partido o coalición en número de escaños siempre preferirá pactar con el tercero para asegurarse la jefatura del Ejecutivo. Sin embargo, el efecto más profundo de este pactismo obligado por el régimen electoral es otro. Porque en realidad funciona como un mecanismo de disuasión de las reformas estructurales que urge poner en práctica en Canarias. No es un endemismo político. Ocurre en todas las democracias parlamentarias. Las alianzas gubernamentales de tres o cuatro partidos centran sus esfuerzos en repartirse áreas de gestión, mantener los equilibrios, confluir más o menos eficazmente en un mínimo programático. No suelen plantearse grandes reformas estructurales. El ejemplo más socorrido es el pentapartito que gobernó Italia entre principio de los ochenta y principios de los noventa. Se vendió como un gobierno de centro, opuesto a los neomussolinianos y al PCI, pero en realidad constituyó un intento concertado para salvar las instituciones republicanas y ponerlas a salvo de cualquier propósito reformista. La Agrupación Socialista Gomera se ha sumado ahora al acuerdo entre CC y PP para formar gobierno el próximo mes. Desde la noche electoral nadie esperaba otra cosa, salvo, tal vez, el presidente en funciones, Ángel Víctor Torres, que respiraba dificultosamente por la herida. Casimiro Curbelo fundó la ASG para mantener su mero y mixto imperio en La Gomera pero, al mismo tiempo, para formar parte de todas las salsas gubernamentales mientras el cuerpo aguante, aunque los curbelistas sostienen en privado que Casimiro es probablemente inmortal. Cuando fallezca, dentro de mucho, pero mucho tiempo, el Cabildo gomero lo divinizará, como el Senado romano divinizó a Augusto, y Melodie Mendoza y Jesús Ramos China se tirarán a la pira funeraria desde lo más alto de la Torre del Conde.

Ayer y hoy a la urgencia de las reformas (administrativas, fiscales, educativas, sanitarias, territoriales) se imponen las enredadas dificultades del milagro de gobernar. Dicen lo que saben de esto –yo me ocupo solo de poner adjetivos y maravillarme de las cosas del mundo, el demonio y la carne– que Casimiro Curbelo tendrá mucho menos poder que antes. Me parece discutible, aunque a mí el Todopoderoso no me cuenta todo lo que le ha sacado en la negociación. Que la persona que dirija la Consejería de Turismo no milite en ASG no restará un ápice de influencia a Curbelo. Ya se las ha arreglado –con una astucia indiscutible– en asegurarse los millones de inversión –también en materia de infraestructura turística– a través de ese programa, Estrategia Gomera 36, cuya financiación cerró con María Jesús Montero en Madrid hace no demasiadas semanas. Tanto Clavijo como Domínguez se comprometieron a defender la Estrategia Gomera en el seno del Ejecutivo canario y ante el Gobierno central. Y si a Domínguez no le importa depender ocasionalmente de la abstención de Vox –debería tener un poco de cuidado al respecto, pero es inútil esperarlo– a Clavijo sí: por mandato de su partido y convicción propia no quiere saben nada de Vox y sus cuatro diputados, que llegarán a la Cámara con la miel en los labios y espíritu de camorra rojigualda en el pecho. Así Curbelo tendrá en sus gavetas Visocan, Gesplan, Hecansa, las direcciones generales de Pesca, Carreteras e Infraestructuras Educativas, la virreinal capacidad de designar al gerente del Hospital Nuestra Señora de Guadalupe y algún que otro etcétera. ¿Todo lo mencionado funcionaba bien en el Gobierno todavía en funciones? ¿No se corregirán algunos aspectos y tendencias en la gestión de sociedades públicas como Gesplan y Visocan?

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