Querido amigo. Canarias tiene 15 diputados que se supone nos representan en el Congreso y 11 senadores que son también los encargados de defender nuestros intereses en la Cámara Alta tras las últimas elecciones que tuvieron lugar el 23J.
De todos estos 26 representantes canarios solo un diputado, en este caso la diputada por la circunscripción de Santa Cruz de Tenerife Cristina Valido García, de Coalición Canaria, es la única que puede intervenir en nombre de un partido de Canarias. Todos los otros 25 representantes apoyan a sus correspondientes partidos de ámbito nacional.
Lo cual quiere decir que, cuando Pedro Sánchez decide, por ejemplo, entregarle lo que en su momento fue el Sahara Occidental español al reino de Marruecos, los diputados y senadores canarios del PSOE tienen que votar a favor, aunque sea en contra de los intereses de Canarias, porque son prioritarios los de su partido.
Si los canarios queremos tener un partido socialista, conservador o comunista, lo podemos crear nosotros mismos aquí en Canarias, pero lo que no podemos hacer es montar sucursales que tengan esas tendencias pero que priorizan sus decisiones a las de sus propios intereses.
Es lo que ha hecho Junts per Catalunya, que acordó en su momento mantener el statu quo con otros partidos para presentarse conjuntamente bajo el paraguas de esta coalición.
Luego nos quejamos cuando Pedro Sánchez negocia con Marruecos asuntos que pueden ser de vital importancia para Canarias sin permitir que ni siquiera asista a las negociaciones un representante de nuestra tierra. Y es que hemos puesto en sus manos nuestra representación como si fuera un té moruno que todo el mundo puede beber como y cuando quiera.
Suponte, Gregorio, que en vez de una diputada tuviéramos 7 o 10. Lo primero que se me ocurre es sacar a los palmeros de los contenedores donde están hacinados y construirles un chalet a cada uno que les ayude a recuperarse de los daños de la erupción del volcán, pero no solo eso, porque, si el voto canario fuera imprescindible para formar gobierno en España, habría que asegurar la realización de la Agenda Canaria de Desarrollo Sostenible 2030, un programa que afronta los principales problemas estructurales del archipiélago.
El otro día me pasaron por WhatsApp una de esas frases atribuidas a famosos que decía: «El hombre inventó la bomba atómica, pero ningún ratón en el mundo construiría una trampa para ratones» (Albert Einstein).
Aspiramos a una forma de organización social y política en la que todos los seres humanos tengamos derecho a ser iguales en dignidad, respeto y consideración, pero, a medida que vamos sintiéndonos iguales, codiciamos más y más poder hasta darnos cuenta de que solo el hombre es lobo para el hombre, y que la democracia se ha convertido en una forma de descargar nuestras responsabilidades en unos representantes que han hecho de la política una profesión de carácter exclusivo, y así nos va.
Un abrazo, amigo, y hasta el martes que viene.