Tan responsable es Meta o Tik Tok como un periódico, si unas y otros divulgan un desnudo ficticio de una adolescente. Menores de Almendralejo han creado desnudos de niñas con Inteligencia Artificial. Futbolistas de la cantera del Real Madrid han compartido un vídeo sexual de una menor. Todo compartido en algunas ‘redes sociales’ que, a su vez, socializan esos ‘delitos. No se trata de demonizar a la Inteligencia Artificial (IA), que ofrece maravillosos servicios, por ejemplo, a la Medicina. Ni se trata de ir contra el progreso. Erramos al criminalizar solamente a los menores y no tan menores que ofrecen desnudos falsos de sus compañeras en una red social o vídeos íntimos en una ‘plataforma’. El nombre confunde. Se trata de un medio de comunicación del siglo XXI. Hay que responsabilizar a Twitter, Tik-Tok, Google, Youtube, Facebook, Instagram y a tantas ‘big’ de lo que se ofrece en sus ‘plataformas’.
Hay que agudizar el sentido común, además de afinar los criterios de discernimiento, para poner bajo sospecha todo lo que aparece, para distinguir si estamos siendo manipulados o no. Las redes sociales publican bulos, suicidios, atentados y masacres en directo. ¿Y la responsabilidad de quienes divulgan algo terrible? Si LA PROVINCIA publica la imagen de una menor desnuda, verdadera o falsa, real o ficticia, el peso de la ley y el oprobio de la opinión pública, se precipita de inmediato sobre periódico y periodistas.
Hemos llegado al sin sentido de aceptar en las mal llamadas ‘plataformas’ las indignidades y delitos que no aceptamos en otros soportes más modestos e indefensos frente a los gigantes, sean chinas o norteamericanas.
La tecnología está desarrollada y ha cambiado la manera que tenemos de relacionarnos con el mundo. Lo ingenuo es creer que esa misma tecnología ha venido para convertirnos en mejores personas. Qué ingenuidad. ¿Quién se beneficia de estas tecnologías y de qué manera permiten acumular cada vez más poder en menos manos? Aún se está a tiempo de limitar las peores consecuencias.