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Alfonso González Jerez

Retiro lo escrito

Alfonso González Jerez

Un proyecto socioliberal

El presidente de Canarias, Fernando Clavijo Europa Press - Archivo

El Gobierno presidido por Fernando Clavijo y vicepresidido por Manuel Domínguez tiene muchas dificultades a las que enfrentarse, desde luego, pero media docena son las más medulares y condicionan --al menos parcialmente – las restantes. Y eos seis o siete objetivos pivotan sobre el nuevo equilibrio que presidente y vicepresidente pretender reconstruir entre intervención pública e inversión privada. Una inversión pública no necesariamente menor, pero sí más eficaz y eficiente, y una inversión privada que se vea estimulada por una fiscalidad menos depredadora y una administración menos laberíntica normativa y reglamentariamente. Esa es la principal novedad gubernamental: la apertura blaireana de una tercera vía entre un modelo socialdemócrata manirroto que solo puede sostenerse con continuas transferencias de capital desde España y la Unión Europea – fondos extraordinarios y suspensión de las reglas que acabarán muy pronto – y un modelo en el que las administraciones se retiran del espacio público, el Estado de Bienestar se reduce a un Estado mínimamente asistencial y la iniciativa privada no tiene ninguna limitación, salvo el asesinato y la esclavitud. Más intuida que teorizada, desde luego, esta actitud estratégica, de estirpe claramente socioliberal, parte de dos convicciones complementarias: la primera, el exceso de intervención pública y la obsesión por el control administrativo a través de una exasperante reglamentación burocrática asfixia la iniciativa privada, y la iniciativa privada es la única que puede impulsar el desarrollo de una diversificación y modernización de la economía canaria; la segunda, Canarias, por razones geopolíticas, por su lejanía de los centros de poder político, y por la fragilidad de una economía de servicios, no puede ni debe renunciar a fondos públicos estratégicamente dirigidos y rigurosamente gestionados, procedentes de España y de Europa o de sus propios recursos fiscales. Ese es poco más o menos el marco conceptual en el que se mueve –o se quiere mover -- el Gobierno sostenido por Coalición Canaria y el Partido Popular. Hace mucho tiempo que las tres principales fuerzas políticas del país – PSOE, CC, PP – no realizan una mínima reflexión analítica sobre la praxis política en Canarias, incluyendo objetivos y metodologías. Porque está muy bien –por poner un ejemplo –comenzar a desarrollar la educación infantil de 0 a 3 años, pero asumiendo los efectos económicos y técnico-administrativos en la acción de gobierno. Quizás sea mejor invertir más en investigación y docencia universitaria. Tal vez, en vez de subir las pensiones todos los años indexándolas al incremento del IPC, habría que moderarlas y dedicar más dinero a las becas o a construir más vivienda pública. Un Gobierno se caracteriza no por hacer cosas buenas o cosas malas, como un héroe o un villano de Marvel, sino por definir y ejecutar prioridades dentro de una estrategia general para mejorar la vida de la gente, fortalecer la sociedad civil, respetar las libertades democráticas, promover el crecimiento económico, aumentar la autonomía de los ciudadanos y de la comunidad.

Un planteamiento como el descrito – un socioliberalismo para el siglo XXI – es complicado de implantar en Canarias. Las administraciones públicas están envejecidas y sufren un déficit de profesionalización y formación. Demasiados empresarios y sindicalistas solo entienden al Gobierno como asignador de recursos: subvenciones, créditos, licitaciones, exenciones, ayudas y rechazan la necesidad de la innovación y del aumento de la productividad como una lepra espantosa y letal para sus intereses corporativos. La izquierda no parece estar por la labor de grandes pactos para las reformas que necesita Canarias, si no las encabezan ellos y dejan incólumes todos sus mantras. Las reformas y cambios económicas (mayor liberalización, más inversión privada también en I+D+i, empresas canarias más grandes y más productivas que construyan mercado regional) y las reformas y cambios sociales (vivienda, movilidad, una sanidad sostenible, una educación exitosa, la preservación de ecosistemas y la energía verde) llevarán un par de generaciones. Si empezamos ahora.

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