El Puerto de La Luz, en la década de los 70 del pasado siglo, fue un centro operativo a nivel mundial del tráfico pesquero, de tal forma que aquí se cotizaban las diferentes especies. Funcionaba como una bolsa bursátil entre las compañías mundiales, que tenían a sus representantes en Gran Canaria para hacer las compras y enviarlas a sus respectivos mercados.
Tuvimos prueba de esta pujanza de Las Palmas en el mundo pesquero en el año 2001, cuando se manipularon en nuestro recinto 624.942 toneladas de productos, una cifra récord que no ha vuelto a repetirse. Ahora movemos menos de un 50% , como ocurrió el pasado año cuando llegamos a 270.404 toneladas. Es evidente que, al pasar el control del banco canario-sahariano hacia Marruecos, desde el año 1975 se ha notado su repercusión de una forma directa en este puerto, al retirarse casi todas las flotas pesqueras por su falta de capturas y convenios.
Un detalle lo tenemos en la arrastrera de Anacef, que en solo 40 años descargó en La Luz 256 unidades, con un total de 1.650.000 toneladas de cefalópodos (calamares, chocos y pulpos). Son datos escalofriantes que miden una actividad que se ha perdido para siempre.
De La Luz a Tokio
Hay otro dato curioso ocurrido en la década de los 70 del pasado siglo con el buque frigorífico sueco Snow Hinl, de la compañía Sálenredierna. Estibó 14.500 toneladas de pescado —35.000 cajas— con destino al puerto de Tokio en sus cinco bodegas, con ocho plumas. A su arribo a la capital nipona derrumbó el mercado con la caída de los precios, lo que obligó a los importadores a reducir en lo sucesivo los envíos para evitar una nueva catástrofe económica.
Es un detalle de las influencia del puerto de La Luz en el mundo de la pesca, en una época donde éramos los árbitros a nivel mundial de las transacciones que se producían en nuestro recinto. Una época que no volverá.