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Luis M. Alonso

Sol y sombra

Luis M. Alonso

Retratos

Pedro Sánchez y Salvador Illa, con la alcaldesa de Gavà, Gemma Badia, el domingo pasado en la Fiesta de la Rosa ZOWY VOETEN

Consumidas las expectativas, se trataba parece ser de que de la «investidura imposible» de Feijóo saliera el retrato de los líderes políticos de esta España herida a punto de embarcarse en una aventura incierta, la más incierta de todas en la reciente historia democrática por los peligros que acechan. Pero hará falta un retrato tras otro de la infamia que persigue Sánchez aliándose con quien tiene previsto aliarse, porque la gente no ve. «No vemos», dijo Albert Camus. Y del mal de no ver derivan otros peores y de las peores consecuencias.

Por eso, la investidura del candidato popular a la Presidencia tendría, además de la virtud de respetar el orden cronológico establecido en una circunstancia como esta, la de convertirse en un episodio que permita a los españoles, que aún tienen interés en ello, discernir entre una cierta moral y la auténtica negación de la moralidad que lleva a conseguir votos a cambio de borrar el delito y amnistiar a los delincuentes: a cambio de rendir una España a otra en un futuro de desigualdad para sus territorios. Todo eso y mucho más para poder investir a alguien que tan siquiera se ha impuesto con los votos en las pasadas elecciones. Es la prueba manifiesta del interés general sucumbiendo ante la ambición particular de un sujeto dispuesto a traspasar todas las líneas hasta ahora prohibidas por el consenso histórico.

Alguien escribió que un buen retrato es una biografía, pintada sin conocer, claro, a Sánchez y su evidente facilidad para eludir el posado cuando no le conviene. Ayer lo hizo, supongo yo, para no tener que pronunciarse sobre la amnistía al prófugo Puigdemont refiriéndose a ella por su nombre. Sin embargo, el debate los retrató a todos de acuerdo a sus méritos; en ese sentido el éxito es de Feijóo. Quien más retratado quedó fue precisamente el que procuró por todos los medios pasar desapercibido y dio la sensación de aburrirse.

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