Punto de vista

El meteorito de internet y la educación

Hallan en Almería el primer impacto de meteorito en la península ibérica.

Hallan en Almería el primer impacto de meteorito en la península ibérica. / Agencias

Ignacio Pardo Luzardo

Ignacio Pardo Luzardo

Estaríamos ciegos, si no nos diéramos cuenta de lo mucho que está cambiando la sociedad con todas las formas de actuar y de contemplar la vida que conocíamos y teníamos en todos los ámbitos y edades.

Nos están y nos estamos descolocando permanentemente con todo, hasta en lo más insignificante. Da la impresión que el viento siempre ha venido a favor en todo este proceso de transformación tecnológica, social y cultural, daba igual que hubiera crisis, pandemia, guerra. El internet y todo lo que le rodea ha estado acompañándonos en estos últimos años y ha venido para quedarse, como lo fue la imprenta, la Ilustración o la Revolución Francesa, ahora bien, el uso adecuado o no del mismo siempre será una decisión que afecta al individuo o a la colectividad a la que perteneces, o a los medios que dispones. El problema está en la formación, destino, responsabilidad y valores que tengamos cada uno para saber utilizar la información y los contenidos que hay en la red.

La sociedad no está pidiendo inmovilismo, la sociedad pide saber con seriedad cómo digerir todos los cambios que se están produciendo a su alrededor a raíz de todas las transformaciones, para poder asumirlo y aplicarlo a su entorno más cercano, como son su familia, sus relaciones laborales, su círculo más cercano y saber cómo actuar en cada momento a esta nueva realidad en la sociedad que estamos viviendo, parecemos muchas veces, como un pollo descabezado sin saber hacia dónde ir.

Las familias a día de hoy, cuando se habla de la educación de sus hijos en un contexto tan complicado como el que tenemos, se ven como los últimos de la fila, no tienen la preparación apropiada, ni se le espera en muchos casos. Les llegan los mensajes de forma inadecuada, sin saber reaccionar a los problemas diarios que se enfrentan, no sabe anticiparse, pues no tienen las respuestas correctas para cada situación puntual de la vida y para cada hijo y a todo ello cada día tienen que afrontar novedades que les viene del colegio, del entorno laboral, del círculo de amistades, de su gestión económica familiar y un largo etcétera. Nadie se ha querido parar y hacer una pequeña hoja de ruta para afrontar lo que quieren, cómo lo quieren, cuando lo quieren para sus hijos y para el conjunto de la familia, «viven el presente con lo que tienen», no les pidas más.

Estamos llenos de tratados especializados sobre la incidencia de internet en nuestra vidas, consejos en las redes sociales, intervenciones en los medios de comunicación, sobre los orígenes de porqué hemos llegado hasta aquí y cuáles pueden ser sus consecuencias, todos señalan lo que no debe hacerse, pero nadie es capaz de coger este toro por los cuernos y señalar un rumbo que ayude a gestionar todo este caos que estamos viviendo y que mucha culpa parte de la falta de medidas constructivas que se producen en el seno de las familias y su inacción ante los problemas que está generando su hijo en cualquier ámbito, no solo el escolar, porque el sistema los ha engullido, ahora a los niños se les permite todo por falta de límites ya que en casa o fuera de ella hacen lo que quieren y sus padres no actúan por miedo a las reacciones inesperadas de sus hijos en público o en privado.

Ya estamos viendo las consecuencias del mal uso de internet en importantes grupos de jóvenes de todas las clases sociales, violencia desmesurada, pornografía en edades tempranas, suplantación de identidad, ciberbullying, sexteen, acoso escolar, etc. Y lo más fácil siempre es mirar para afuera, la culpa según las familias es de los colegios, y los colegios siempre se preguntan qué es lo que hacen los niños fuera del colegio para venir con esas conductas, que control es el que están ejerciendo los tutores legales sobre esos niños que van al colegio por obligación y no pensando que su futuro está en sus manos, que sin educación un país no evoluciona.

Todo lo que nos rodea está muy mediatizado y judicializado, en donde a pesar de los medios que disponemos en la actualidad, no nos comunicamos como deberíamos, porque no hay tiempo; pero tampoco lo buscamos porque es más cómodo dejar fluir los acontecimientos sin tomar las decisiones que se deberían aplicar en cada situación.

Podríamos decir que todo esto que nos está ocurriendo se venía venir, pero no es cierto, nadie podía intuir la deriva que está tomando la vida actual y sus consecuencias a corto y largo plazo.

Cada generación comenta siempre respecto a la anterior, que los cambios que se han producido son abismales, pero lo cierto es que no habíamos visto una sociedad tan desigual a pesar de tener los mayores índices de conocimiento y democracia que haya vivido nuestro país y la sociedad occidental. No podemos seguir dejando que nos devore y que no sepamos la deriva que está tomando cada día, el sistema lo irá absorbiendo, y nosotros nos estamos dejando ir por la comodidad de las aplicaciones y ventajas inmediatas que nos ofrecen, pero la pregunta es: ¿Qué nos estamos dejando por el camino, que nos diferencia a los seres humanos?

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