Opinión | Reflexión

Carlos Halpern

Los dinosaurios de los medios de pago

Los dinosaurios de los medios de pago.

Los dinosaurios de los medios de pago. / La Provincia

El mundo de los medios de pago ha estado, desde tiempos inmemoriales, dominado por cuatro poderosos dinosaurios: el efectivo, las transferencias, las tarjetas y los cheques. En la actualidad, nuevas especies de todo tipo están surgiendo y amenazando con remplazarlos.

Las nuevas especies toman diversas formas: plataformas donde otras especies pueden prosperar (como los ewallets, pagos directos como Bizum), pagos seguros como Paypal, especies nuevas como las criptomonedas o, incluso, transformaciones de otras especies como las CBDC (monedas digitales de los bancos centrales). Algunas de las nuevas especies prosperan en territorios poco explorados (economías en desarrollo), como M-Pesa, Upi o Pix, mientras que otras crecen bajo las garras de los dinosaurios (fintechs).

En esta amalgama evolutiva han aparecido grandes éxitos, como Upi o Paypal. Pero también ha habido grandes fracasos. ¿Alguien recuerda a Libra, de Meta? Se nos vendió que «iba a reinventar el dinero». ¿Y la eterna promesa de las criptomonedas? Tuvieron un buen baño de realidad con el colapso de la plataforma FTX. Pero la mayoría de las especies están todavía en un limbo evolutivo, sin futuro claro, como ocurre con las CBDC.

¿Tienen algo que temer los grandes dinosaurios? Dos especies, el efectivo y los cheques, ya han sufrido su meteorito con la pandemia y están desapareciendo en el mundo occidental (aunque el efectivo sigue muy presente en el mundo en desarrollo). El efectivo y los cheques estaban listos para extinguirse, debido al excesivo coste de su gestión, que algunos estudios estimaban en el 0,5% del PIB.

El resto de los mastodontes parece gozar de excelente salud. Actualmente, en Europa y Norteamérica el 95% de las transacciones sin efectivo se hacen a través de transferencias o tarjetas y solo un 5% en nuevos medios de pago digitales. Además, aunque las fintech de medios de pago llegaron a suponer el 15% de los valores bursátiles financieros, actualmente solo alcanzan el 10%.

Y es que los medios de pago dominantes tienen grandes ventajas evolutivas (competitivas). Un motivo es la costumbre de uso y la percepción de riesgo de los usuarios hacia las nuevas iniciativas. Otro factor es que son eficientes y baratos para el usuario, por ser el punto de entrada para otros servicios financieros más rentables como los seguros, lo que permite subvencionarlos. Otra causa son los excelentes esquemas de fidelización. Pero la razón más importante es, sin duda, la economía de red. Los grandes de las tarjetas (Visa y Mastercard) están presentes en todos los bolsillos, lo que hace que todos los comercios las acepten, reforzando de nuevo su atractivo para los usuarios. Es difícil romper este ciclo, por muy innovadoras que sean las nuevas soluciones.

¿Cuál puede ser el resultado de esta batalla evolutiva? Quizás, como muchos artículos postulan, los nuevos entrantes acabarán desplazando a los dinosaurios por su mayor agilidad y adaptabilidad. Quizás tengamos un nuevo meteorito en forma, por ejemplo, de nueva regulación (como está pasando en las tarjetas de crédito con las tasas de los comercios). También es posible que existan simbiosis de nuevas especies con las antiguas, como ocurre con los ewallets de Google o Apple con las tarjetas de crédito.

En mi opinión, las ventajas competitivas de las soluciones dominantes les darán tiempo suficiente para adaptarse y evolucionar, manteniendo el dominio del mundo de los pagos. Visa y Mastercard están reaccionando muy rápidamente, con iniciativas Blockchain y de tokens y diversas adquisiciones estratégicas. Eso no quiere decir que algunas de las nuevas soluciones sobrevivan en nuevos territorios, en nichos concretos o como complementos de las ya existentes.

Esta analogía jurásica me trae a la mente una anécdota que no conviene olvidar. Durante la etapa inicial de Internet, Bill Gates dijo: «Los bancos minoristas son dinosaurios. La bancarización es necesaria, los bancos no». Basta mirar el panorama bancario actual para ver cómo los dinosaurios se han adaptado y siguen dominando en su sector. Con los medios de pago es probable que vivamos un escenario similar.

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