Opinión | Apunte

Rosa M. Sánchez

Un agujero en la billetera

La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva.

La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva. / FMI - Archivo

Dice la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, que, aunque «la gran ola de inflación mundial está en retirada», lo cierto es que «el nivel de precios más alto que sentimos en nuestras billeteras llegó para quedarse» y que eso explica, en buena parte, que «la gente esté enojada».

Ciertamente, la tasa de inflación en países como España está sorprendiendo en los últimos meses con tasas muy bajas. En septiembre, la tasa de inflación bajó al 1,5%, la más baja desde marzo de 2021. Sin embargo, eso no oculta que la cesta de la compra sigue siendo ahora el 17% más cara de lo que era entonces. Esa es la inflación que ha llegado a la billetera para quedarse. La cuestión es que, en países como España, los salarios no han subido en igual medida que la inflación, y ese es el agujero en la billetera por el que se escurre el poder adquisitivo de las familias.

Según datos del INE, en junio de 2024 el salario por trabajador en España era el 14,6% más alto que el de finales de 2019. Pero la cesta de la compra era el 18% más cara que entonces. Ambos datos servían a la organización de países desarrollados OCDE para situar a España en el pelotón de los países donde los salarios no han recuperado aún su poder adquisitivo. «Hay margen», dice la OCDE, para que los beneficios de las empresas absorban aumentos adicionales de los salarios en España sin generar presiones inflacionistas perversas. Y en eso ha vuelto a confiar ahora la presidenta del BCE, Christine Lagarde, para el conjunto de la zona del euro, como receta para reanimar el débil consumo y el crecimiento económico.

La clave, una vez más, tiene ver con la ganancia de productividad y su debilidad es un mal del que adolece la zona euro, en general, (como no se cansa de subrayar el informe Draghi), y España, en particular. Si se logra producir más con igual o menores costes, habrá más para repartir y las organizaciones internacionales coinciden en que esa será una oportunidad más para coser el agujero en la billetera por el que ya se habrá escapado demasiado dinero.

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