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Opinión | Cartas a Gregorio

Cuál es el límite

Archivo - El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, ofrece una rueda de prensa tras su reunión con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Complejo de La Moncloa, a 10 de octubre de 2024, en Madrid (España). El objetivo de la ronda de reunione

Archivo - El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, ofrece una rueda de prensa tras su reunión con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Complejo de La Moncloa, a 10 de octubre de 2024, en Madrid (España). El objetivo de la ronda de reunione / Alejandro Martínez Vélez - Europa Press - Archivo

Querido amigo, tanto el Gobierno de España como el de Canarias están consiguiendo que las Islas Canarias se estén convirtiendo en la residencia de todos los africanos o de cualquier emigrante de cualquier lugar que llegue a nuestra tierra.

El presidente canario Fernando Clavijo ha ido a Madrid a solicitarle al gobierno de Pedro Sánchez que reforme la ley de extranjería para que los miles de emigrantes que llegan se repartan solidariamente entre las demás comunidades autónomas españolas.

No solo no lo ha conseguido, sino que ha vuelto a Canarias con 7,4 millones de euros en el bolsillo para construir dos nuevos centros de acogida, uno de 600 plazas en Fuerteventura y otro de 350 en Tenerife.

Dicen que son para estancias temporales, pero, a saber lo que harán una vez se hayan integrado y que muchos de ellos consigan el permiso de residencia.

Me pregunto, Gregorio, cuantos habitantes vamos a tener en Canarias en el año 2030, y hasta qué punto se integrarán los recién llegados a nuestra cultura. De la misma forma, habría que preguntarse cuánto nos va a afectar a nosotros sus costumbres y forma de ser.

Está demostrado que las tendencias de la sociedad las imponen las mayorías, y mucho me temo que en poco tiempo y habida cuenta de los miles de emigrantes que están llegando a Canarias, los nacidos aquí vamos a ser minoría.

No es, entonces, una cuestión de racismo o xenofobia, sino del derecho que tenemos a conservar nuestra propia identidad frente a la llegada masiva de personas que vienen de otros lugares con distinta educación y cultura.

Si los africanos han sido víctimas del saqueo sistemático de las empresas multinacionales de otros países, que sean los explotadores los que se ocupen de ellos, y no los fronterizos como nosotros.

Los recursos naturales del continente africano están monopolizados por compañías extranjeras, que se sirven de los gobernantes locales y de la mano de obra barata de los lugareños para luego repatriar la mayor parte de los beneficios obtenidos.

Por poner un ejemplo, la República Democrática del Congo perdió en cinco años más de mil millones de euros en ingresos, el doble del presupuesto anual que tiene este país para sanidad y educación, porque sus recursos mineros fueron valorados a la baja por unas empresas que están operando en paraísos fiscales.

Y más de lo mismo ocurre en Tanzania, Uganda o Mozambique, países que serían autosuficientes si no fuera porque están siendo saqueados por corporaciones y gobiernos occidentales.

Sin embargo, se está creando una opinión negativa sobre los emigrantes en una parte de nuestra sociedad, cuando no son ellos los culpables, sino que, al igual que nosotros, somos las víctimas de esta situación injusta que tenemos que soportar todos.

La solución no es sencilla, Gregorio, pero habría que empezar por hacer un cambio radical de los cargos públicos que nos representan en las instituciones españolas.

Un abrazo, amigo, y hasta el martes que viene.

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