Opinión | Venga, circule

Formulario 036

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Las instituciones y organizaciones públicas siempre son mis peores pagadores. No hago ni una sola excepción. No solo por lo poco que pagan en comparación con otras entidades, sino por el extenuante proceso en el que me embarco desde el momento en el que les envío mi factura hasta que consigo, varios meses después, cobrarla. No importa su tamaño, su estructura, la cantidad de recursos de los que dispongan ni la comunidad autónoma a la que pertenezcan, la historia es la misma cada vez. Tampoco importa la cantidad de dinero que me deban. Quienes me cacarean al oído para proponerme su actividad dejan de responder a los correos en el momento en el que reciben la factura. Me convierto en mendiga de un dinero que me corresponde y la actividad realizada en marzo termina cobrándose en junio. O en septiembre, porque en julio y agosto ni soñar con recibir algún tipo de respuesta, en España hay funcionarios que, a pesar de tener claro cuál es su trabajo, se sorprenden y se indignan cuando entienden que la expectativa no es solo que ocupen su puesto sino que, además, trabajen. Pocas cosas me desagradan tanto como sentir que un interlocutor al que no le pongo cara se ríe de mí en la mía. Pido prestadas horas en mi trabajo real para cubrir este trabajo objeto de una carta de encargo que hago casi gratis, sin garantías, sin protección y jugándome mi nombre si algo sale mal, cubro mi transporte y mis dietas y adelanto dinero de mi bolsillo tanto en el pago de la cuota de autónomos -me he de dar de alta para poder hacer la factura- como en el pago de la declaración trimestral. Opero en negativo y la paciencia, una virtud que nunca me caracterizó en estas cuestiones tan desagradables, se me va agotando con el paso de los meses. Fantaseo con preguntar en abierto «Quo usque tandem abutere, Catilina, patientia mea?» en las redes sociales de la susodicha organización, justo debajo del último cartel que han compartido sobre otra actividad. Me convierto en la cobradora del frac, en el Robin Hood de Disney agitando una lata alubias vacía para mendigar, Belén Esteban y su famoso «PÁ.GA.ME».

No están cubiertas tampoco las horas pasadas preparando la mesa redonda, la charla, la actividad con estudiantes, la jornada especial por el Día del Libro, el encuentro con don Pepito y don José. Me temo que creen que cuando algo sale bien se debe a la magia y a los duendecillos de los árboles y no al trabajo que se invierte y el cuidado con el que se preparan las cosas. Será que no temen que cualquier domingo decida yo publicar un listado recogido en una tabla de Microsoft Excel con las cantidades a deber y las personas que se dedican a marearme: Perdona, falta un documento bancario que garantice que eres la titular de la cuenta que nos has pasado; Disculpa, se nos olvidó comentarte que necesitamos el certificado tributario de contratistas y subcontratistas; Meryem, necesitamos que nos confirmes que estás al corriente de todos tus pagos a la Seguridad Social. Meryem tiene copias de todo, claro, pero el dinero sigue sin llegar y los días siguen pasando igual. Intento animarme a mí misma diciéndome que al menos mi sustento no depende de esto y que menos mal que no me dedico en exclusiva a la cultura. ¡Cuánta hambre pasaría! Tengo, al menos, un trabajo en una empresa que abona sus nóminas sin falta el mismo día cada mes, una empresa privada en la que quizá nada de lo que hago me apasione o me motive especialmente pero que nunca se olvida de pagarme a mí o a mis compañeros. No he de perseguir a nadie por correo o por teléfono -qué vergüenza me da tener que hacer esto, lo detesto con toda mis fuerzas-, no he de mandar recordatorios con la misma factura que emití dos meses atrás, siempre acompañada de mensajes cada vez más lacónicos y sucintos. Más hartos. Más cansados. Ojalá alguien me dijese qué más puedo hacer para cerrar esta cuestión de una vez y por todas. Si por alguna casualidad me lee la persona a la que llevo varios días preguntándole por mi factura: ¿sería usted tan amable de pagarme lo que me debe? A ver si así.

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