Opinión | Crónica parlamentaria
Ha pasado un ángel
Más bien es lo contrario. Gracias a militar en el PSOE ha sido alcalde, vicepresidente de Cabildo, diputado, presidente del Gobierno y ministro

Comparecencia de Ángel Víctor Torres en el Parlamento de Canarias / María Pisaca
Quizás Coalición Canaria y/o el Partido Popular han formulado preguntas incorrectas, insuficientes, casuales, malintencionadas. Pero quien ha boicoteado desde el primer minuto la comisión de investigación han sido el PSOE y Nueva Canarias. Para expresarlo sintéticamente, todas y cada una de las intervenciones de la socialista Nira Fierro y la romanista Esther González supuraban desprecio hacia la comisión de que formaban parte. Es difícil hablar de respeto democrático hacia una comisión parlamentaria por una diputada como la señora González, que empezó su última intervención proclamando, aliviada, que «por fin se acababa este teatro». Si esa es la consideración que le merece una comisión mandatada por el pleno de la Cámara, NC debió elegir otra diputada, o la señora González quedarse en su casa para encender las velas del altar donde no cabe descartar que reine una fotografía de gran formato de Román Rodríguez. Quizás peor ha sido la señora Fierro, que este lunes repitió un golpe de ingenio digno de Vizcaíno Casas, llamando a la comisión de investigación «la comisión de suposición». La secretaria de Organización es de letras –estudió esa magia potagia conocida como politología– y no sabe que la suposición –conocida como hipótesis– es un instrumento indispensable en cualquier investigación. Bueno, ni lo sabe ni quiere saberlo.
Este lunes se cerró la comisión con la comparecencia de Ángel Víctor Torres, expresidente del Gobierno de Canarias y actual ministro de Política Territorial. No asistieron tantos periodistas como con José Luis Ábalos, pero casi. Torres primero visitó el grupo parlamentario socialista y después de unos minutos se dirigió a la sala Cabildos, donde se ha celebrado la comisión, acompañado por Nira Fierro y Sebastián Franquis. Detrás marchaba una pequeña comitiva, como los fieles del Cristo del Gran Poder en procesión laica, en la que figuraba, entre otras, Elena Máñez. El fervor afloraba en muchos rostros socialistas y al cronista le pareció por un instante que Miguel Ángel Pérez del Pino estaba a punto de cantar una saeta:
«Míralo por donde viene,
el mejor de los nacíos…»
El expresidente fue tan Torres como siempre. Después de las preguntas que Jesús Ramón Ramos (ASG) le echó como claveles reventones, llegó Nicasio Galván, el de Vox, lo suficientemente pánfilo para citarle a Pedro Sánchez y «la corrupción sistémica del Gobierno». No hay mejor bocado para un sanchista que un fascista tontaina. Le alimenta y le enmedalla. Torres le llegó a decir que los de Vox, en el Congreso, habían llamado a Sánchez hijo de puta. Esther González le hizo el riquirraca. Los nervios traicionaron a Fernando Enseñat que traía y expuso parcialmente un buen interrogatorio. Torres repitió argumentario, jugó a veces al despiste, pero no contestó a preguntas fundamentales, las principales pronunciadas por la coalicionera Vidina Espino. ¿Quién nombró a Conrado Domínguez? Eeeeeh… ¿Ana Pérez, una simple directora general, decidió contratos por decenas de millones de euros? Pérez y los técnicos del SCS. ¿Qué técnicos? No lo sé, no conocía a los técnicos y a Pérez solo la vi una vez. ¿Responsabilidades políticas? Respetando el 100% la presunción de inocencia, ya se rindieron responsabilidades política, por Domínguez fue cesado. Claro que no fue así. Cuando se destituyó a Domínguez como director del SCS no se explicitó, en ningún momento, que fuera un cese derivado de sus responsabilidades políticas en irregularidades económicas o contractuales. Pero Torres ni recuerda esto ni la resistible ascensión de Domínguez desde secretario general técnico de la Consejería de Obras y Transportes hasta su designación como director del SCS aun en plena pandemia del covid.
Todo lo demás fue un martirologio que Torres practica tan ágilmente como Houdini escapaba de una jaula sumergida en el agua. Apunte interesante: Torres recordó que ganó las elecciones autonómicas de 2023, deslizando que los electores lo habían exonerado de cualquier responsabilidad política negativa. Pero el PP ganó las últimas elecciones generales y eso no impide a los socialistas hablar de Luis Bárcenas. «En realidad quieren acabar con usted, señor Torres, simplemente porque es socialista», proclamó solemnemente Nira Fierro. El ministro sonreía enseñando sus dientecillos. Más bien es lo contrario. Gracias a militar en el PSOE ha sido alcalde, vicepresidente del Cabildo de Gran Canaria, diputado, presidente del Gobierno canario y ministro.
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