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Opinión | Un verano a la última

Marivent creó la Familia Real

En Marivent ha mandado desde siempre la Reina Sofía y, cuando se habla de la esposa de Juan Carlos I, ‘mandar’ es un verbo que se queda corto. Marivent ni siquiera es un palacio. Sin embargo, ha sido más determinante que La Zarzuela en la definición de la Familia Real

Posado de la familia real en Marivent en el verano de 2007.

Posado de la familia real en Marivent en el verano de 2007. / Dani Cardona

Marivent ni siquiera es un palacio, dejémoslo en palacete volcado sobre el Mediterráneo. Sin embargo, ha sido más determinante que La Zarzuela en la definición de la Familia Real. No es exagerado concluir que el caserón, construido en Palma por el griego Juan de Saridakis, creó el concepto de la dinastía refundada por Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia. También contribuyó a destruirla, porque las historias de reyes no siempre acaban bien.

El edificio, que en realidad son cuatro villas por gentileza del Govern Balear, el paisaje y sobre todo la luz de Marivent han definido una monarquía estival. La vestimenta casual y el ocio poco convencional, que contempla a un Rey Sol arrojado a la piscina por la tripulación de su velero, polarizan en la residencia veraniega del hoy desterrado, exiliado o fugado en Eméritos Árabes.

Se celebra el quinto aniversario del ostracismo de Juan Carlos I, pero debe enfatizarse ante todo su expulsión previa de Marivent. Fui usado como altavoz de la reconquista juancarlista del único palacio real que tiene una parada de autobús junto a sus muros, y un restaurante tailandés enfrente, pero nuestra estrategia publicitaria no surtió efecto. Felipe VI erradicó del paraíso a su padre, empuñando la espada flamígera.

En Marivent ha mandado desde siempre la Reina Sofía y, cuando se habla de la esposa de Juan Carlos I, ‘mandar’ es un verbo que se queda corto.

Pregunte a las empleadas, despedidas o jubiladas sin demasiadas contemplaciones ni agradecimientos. De hecho, las vacaciones menguantes de la actual pareja real con la parejita principesca tienen por único objetivo la preservación del dominio materno. O el usufructo. O la usucapión. O como se diga.

El autor del derrumbe de Marivent como emblema de la Familia Real responde por Iñaki Urdangarin, precisamente el yerno plebeyo que había cautivado a los royals, por comparación con los expletivos irreproducibles que el emérito dedicaba a Jaime de Marichalar. Al final, el deportista olímpico de quien la deslumbrada Cristina de Borbón no sabía distinguir si era baloncestista o balonmanista, arrastró a todo el entramado por parodiar los negocios de su suegro.

La catástrofe se gestó en la pista de pádel aneja al complejo palaciego de Marivent, utilizada por el balonmanista para seducir al entonces presidente autonómico Jaume Matas, y que supondría la ruina, no solo económica, de ambos. De aquellos raquetazos a principios de siglo arranca la amputación radical, la retirada fraternal del título de Duques de Palma. En fin, la reinvención de una Familia Real paternofilial de andar por casa, en la que costará integrar a las futuras parejas de las actuales Princesa e Infanta.

En Marivent aguardó Cristina de Borbón a que su entonces inseparable Iñaki declarara penalmente ante el juez José Castro, una infanta angustiada que solo balbuceaba un mensaje conciliador:

— Iñaki sabrá explicarlo todo.

La plenitud de Marivent como emblema de los Borbón Grecia eran los tiempos en que los hombres vestían pantalones blancos, y en que los Reyes departían desde la familiaridad con los periodistas. Por eso, Juan Carlos I se aproxima ahora hacia nosotros en el aeropuerto de Palma, encantado de compartir su desdicha:

— Todo el día de arriba abajo, me he manchado los pantalones. Vengo a buscar a Constantino que llega ahora, estoy cansado de traer y llevar gente.

Marivent es un hotel, el Gran Hotel Marivent, sin el cual no puede entenderse a la Familia Real y con el cual la historia de España resulta incomprensible. Un hotel al completo, pero siempre quedaba un rincón para que pernoctara el mejor amigo de Felipe de Borbón, un Kyril de Bulgaria en pleno romance con Rosario Nadal. La boda de ambos no solo concentró en Mallorca a la Familia Real ampliada, sino a adherencias externas como Mohamed VI.

La primera fisura en Marivent se remonta al verano de 1990, cuando Pedro J. y Julián Lago criticaron al alimón que el Rey y el Príncipe practicaran despreocupados deportes náuticos, mientras Sadam invadía Kuwait. Se desvanecía la inmunidad coronada, y el monarca irritado le censuraba a Félix Pons, presidente del Congreso:

— No sé por qué vengo a Mallorca.

A lo cual respondía el mayestático socialista mallorquín sin palabras, limitándose a extender la mano para señalar al Jefe de Estado el mar inigualable a sus espaldas. Mar i Vent.

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