Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Opinión | Editorial

El plan migratorio del PP

Treinta y nueve menores migrantes están en la vía exprés para salir de Canarias en 15 días

Treinta y nueve menores migrantes están en la vía exprés para salir de Canarias en 15 días

La cúpula del PP, con Alberto Núñez Feijóo al frente, se reunió hace una semana con los presidentes autonómicos del partido. El motivo de estas reuniones, que suelen convocarse cada seis meses, es intercambiar ideas, debatir y, por encima de todo, coordinar y aunar las líneas maestras de actuación de la principal fuerza política de nuestro país, que gobierna en Canarias junto a CC. En esta cita se habló del acceso a la vivienda, la financiación autonómica y la situación de la agricultura, entre otros temas, pero sobre todo se abordó la cuestión de la inmigración, que tanto afecta y preocupa al Archipiélago. Este fue el asunto principal.

La reunión y la posterior intervención pública de Feijóo sirvieron para clarificar, algunos dirán que endurecer, cuál es la posición del PP sobre la materia. El propio presidente de los populares se había ocupado de intensificar el tono unas jornadas antes aprovechando su visita a las Islas Baleares, donde como ocurre en Canarias, Ceuta y Melilla, la crisis migratoria se vive de cerca y a diario.

Feijóo advirtió allí de que el modelo «buenista» ha fracasado en España. Luego insistió en la misma idea, y puntualizó que un inmigrante «ni es una víctima que no es dueña de sus actos, como afirma el Partido Socialista, ni es un delincuente por defecto, como afirma Vox». Parece pues, abrir una tercera vía.

Este plan migratorio del PP pretende subrayar la necesidad de defender la ley y el orden ante una situación que, denuncia, está fuera de control y provoca agravios. Las propuestas que Feijóo promete aplicar si gobierna en España pasan por un sistema de visados por puntos y condiciones más exigentes para la concesión de subsidios y ayudas sociales.

Se aboga, en este apartado, por ser más estrictos a la hora de otorgar el ingreso mínimo vital a las personas inmigrantes, con el objetivo de prevenir abusos injustificables. Además, se pretende la expulsión de los reincidentes y de aquellos que hayan cometido delitos contra la libertad sexual. Subraya el PP que es necesario dar prioridad a la llegada de inmigrantes latinoamericanos, quienes, resulta obvio, comparten con los españoles idioma y afinidad cultural.

El PP ha venido perfilando en los últimos tiempos su postura sobre la inmigración, que, junto al acoso a Pedro Sánchez por los casos de supuesta corrupción en su entorno político y familiar, muy particularmente, a su esposa, se ha convertido en la principal arma para dañar al Ejecutivo de PSOE y Sumar.

El giro del PP coincide con el fuerte crecimiento, evidenciado en los sondeos, de la intención de voto a Vox, partido liderado por Santiago Abascal. Feijóo pretende tapar esa fuga electoral hacia la extrema derecha, que utiliza el rechazo al inmigrante como su gran anzuelo político. En la cúpula popular estiman que la inquietud ciudadana ante la inmigración puede hacer también que determinados segmentos de votantes socialistas modifiquen su voto para apostar por los conservadores.

El PP es consciente de que, tal como se repiten sus dirigentes, el suyo es un «partido de gobierno» y la fuerza más votada en España –además de gobernar en la gran mayoría de comunidades, entre ellas Canarias–. Todo ello le obliga a un esfuerzo de responsabilidad añadida y a rechazar las propuestas radicales, populistas o de difícil aplicación que caracterizan a Vox. Pese a ello, tiene todo el sentido que el PP, por ejemplo, exija la plena asunción por parte de los inmigrantes de los principios básicos de la convivencia democrática, así como su integración en la sociedad española, sin que ello suponga renunciar a sus raíces.

Visto desde Canarias, la región se acostumbra a las promesas incumplidas y a las expectativas rotas por parte del Estado, de manera que da la impresión de que poco se puede esperar de las de la oposición. Tampoco da la sensación de que haya arrimado el hombro ni haya escuchado a sus compañeros en las Islas para la resolución del reparto de menores entre autonomías. La situación de los menores solicitantes de asilo sigue lejos de mejorar. Pero la de los chicos que llegan sin compañía a las costas isleñas y que colapsan la red de acogida ya prácticamente ni se habla. No hay respuesta. Se prolonga su estancia en centros desbordados. Y aquí se echa en falta un apoyo de los líderes nacionales del PP a Canarias.

Tracking Pixel Contents