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Opinión | RETIRO LO ESCRITO

Ya basta

Ustedes son políticamente fracasados, intelectualmente ridículos, moralmente unos resentidos recalcitrantes y bobalicones que se emperretan en creer en la magia potagia de sus eslóganes, sus pancartas y sus chuminadas

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i) saluda al presidente de Estados Unidos, Donald Trump (d), antes de la ceremonia de firma del plan de paz para Oriente Próximo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i) saluda al presidente de Estados Unidos, Donald Trump (d), antes de la ceremonia de firma del plan de paz para Oriente Próximo / Pool Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa

Mañana está convocada una huelga general por los sindicatos mayoritarios con el objetivo de «denunciar y rechazar la matanza del pueblo palestino en la franja de Gaza». Como era previsible la huelga – no un paro de una o dos horas, sino una huelga general para toda la jornada – es respaldada por partidos y partidetes de izquierdas. Ayer mismo se firmó el pacto de paz en Gaza por las autoridades de Estados Unidos, Qatar, Egipto y Turquía, que hasta cierto punto serán garantes del acuerdo de alto el fuego, el intercambio de rehenes, la entrada de ayuda humanitaria y la retirada del Ejército israelí, las primeras condiciones establecidas en el acuerdo entre Netanyahu y su equipo y Hamás. Como testigos más de treinta jefes de Estado y de Gobierno reunidos en torno a Donald Trump, que no explotó de satisfacción narcisista de milagro. Se podrán decir –quizás se deberá decir – muchas cosas, pero el triunfo del presidente de los Estados Unidos ha sido arrollador. Allí estuvo también Pedro Sánchez, que compartió un apretón de manos y una sonrisa de quince segundos con Trump.

Lo ocurrido ayer reviste una importancia extraordinaria. Trump ha impuesto a lo israelitas el alto el fuego y la retirada militar. Porque Netanyahu se resistía; quería bajar la intensidad de la destrucción de la franja, pero no detenerla del todo. Se encuentra en una situación política sumamente delicada. Casi toda la ultraderecha ortodoxa dejará de respaldarle parlamentariamente. Va a ser difícil que agote la legislatura – las elecciones deben ser convocadas antes de un año – y si ahora mismo abre las urnas las perdería. Pero su situación personal le ha importado un rábano a Trump, que además, para hacer lo que ha hecho, ha contado al mismo tiempo con la anuencia de empresarios y empresas judías en Estados Unidos y con los países árabes. Ha desplegado dos regimientos de sus fuerzas armadas en las proximidades de Gaza – jamás le ha gustado a los generales israelíes botas yanquis pisando su territorio: armas e inteligencia sí, soldados no – y en los próximos días duplicará esos efectivos. Así que el fin de las hostilidades va en serio. Cosa distinta supone el desarrollo de los demás puntos del tratado. ¿Cómo se desmilitarizará Gaza? ¿Llegará siquiera a funcionar ese comité de tecnócratas palestinos que gobernaría la franja e iniciaría la reconstrucción bajo la supervisión de una Junta de Paz presidida por Trump y que tendrá como lugarteniente a Toni Blair? ¿Cómo se desarmará Hamas? ¿Realmente sus gerifaltes serán amnistiados por Tel Aviv?

Ese es el mundo real. El mundo real donde, por supuesto, el presidente Pedro Sánchez debe participar en la conferencia y así lo ha hecho. Con su concurso el presidente español ratifica las virtudes del acuerdo: a ver si se enteran muchos cargos públicos y cuadros del PSOE. Pero la izquierda está instalada en un mundo paralelo donde disfruta contemplándose en innumerables espejos. Anhelan estirar el chicle de Gaza hasta el vómito. Esa pequeña comediante, Ione Belarra, insiste en que Estados Unidos e Israel son las mayores amenazas para la paz mundial, mientras Rusia mantiene su invasión en Ucrania y viola el espacio aéreo de varios países europeos con drones cariñosones. A veces es tan duro aguantar la imbecilidad de esta gente. Los Estados Unidos son malos, cualquier plan de paz es perverso si no tiene como prioridad trasladar a todos los judíos en masa al Tribunal Internacional de La Haya y fundar instantáneamente el Estado palestino, olvidar a un solo muerto en Gaza es un crimen bochornoso, hay que paralizar el mundo hasta que los asesinos se suiciden en vista de las manifestaciones en todo el mundo, en fin, o se cumplen nuestras demandas de adolescentes hiperhormonados o eres un cómplice de Trump, de Israel, del genocidio, porque todo se puede solucionar si eres buena persona, es decir, de izquierdas si te indignas lo suficiente, si sustituyes actuar en la realidad por actuar frente a una cámara. Ustedes no sirven absolutamente para nada. Ustedes son políticamente fracasados, intelectualmente ridículos, moralmente unos resentidos recalcitrantes y bobalicones que se emperretan en creer en la magia potagia de sus eslóganes, sus pancartas y sus chuminadas.

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