20.72 grados oeste 23.89 grados norte. En esas coordenadas, a 499 kilómetros del Hierro, se libra una de las batallas empresariales y casi de Estados más cruciales del momento y como principal protagonista tiene el medio marino de Canarias. Hasta siete países han solicitado a la ONU el derecho de explotación de un yacimiento de telurio, el mayor del mundo según dicen los investigadores, localizado, principalmente, en la montaña submarina Tropic, aunque en el entorno de la misma existan otras montañas sumergidas que contienen cobalto, vanadio, bario, níquel y plomo. Su valor es astronómico ya que se emplea en la construcción de placas solares y móviles, y su cercanía a las Islas Canarias inquieta al Ejecutivo regional y central, que no quieren dejar escapar esta gallina de los huevos de oro ubicada en la llamada Cordillera Atlántica de las Islas Canarias cuya explotación conlleva un importante riesgo medioambiental.

La riqueza y diversidad de los fondos canarios ha sido siempre un atractivo para propios y extraños pero este descubrimiento realizado el Centro Oceanográfico del Reino Unido (NOC) y el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) hablan de un yacimiento potencial de 2.670 toneladas de telurio sólo en Tropic.

Ya en Azores, donde se hallaron también minas de telurio, los alemanes han anunciado que a partir de 2020 tendrán en funcionamiento la primera base en el mundo para explotar esta riqueza bajo el mar. En semejante proeza participan, además de Alemania y Portugal, seis países más que pretenden sacar tajada de ese trozo de los fondos marinos de la región Macaronésica, donde también se incluyen las Islas Canarias.

Las montañas submarinas de esa región del océano donde se halla Tropic y sus motes hermanos son conocidas tradicionalmente como las Abuelas de Canarias porque se formaron por la misma dinámica volcánica que generó este Archipiélago, pero muchos millones de años antes. Tropic, sin ir más lejos, es casi seis veces más antigua que Fuerteventura, que tiene 23 millones de años.

España lleva años estudiando Tropic y los fondos marinos que lo rodean, para documentar la demanda que presentó en 2014 ante la ONU para extender la plataforma continental de Canarias desde las 200 millas actuales hasta las 350, lo que añadiría a su jurisdicción casi 300.000 km2 de océano, superficie equivalente a toda Italia.

La meseta que corona el monte Tropic está recubierta por una corteza rocosa de unos cuatro centímetros de espesor con altísimas concentraciones de teluro. De hecho, las muestras que han conseguido extraer con robots submarinos, según el informe del IGME presentan una concentración de teluro 50.000 veces mayor de lo habitual en los yacimientos de este metal en tierra firme.

Costras de ferromanganeso

Un detalle importante que señalan los investigadores son las interesantes costras de ferromanganeso que han encontrado en este monte submarino. Según dice, son importantes por varias razones: por lo mucho que pueden contar sobre un pasado geológico que se remonta más de 70 millones de años atrás (las de Tropic parecen ser las más antiguas que se conocen en la Tierra), pero también porque desde hace tiempo se sabe que las costras submarinas de ferromanganeso suelen ser ricas en metales raros.

Lo explica con detalle el propio IGME en el artículo que publicó la revista científica ‘Ore Geology Reviews’, en el que da cuenta de sus hallazgos en la campaña Drago 0511 bajo este título: ‘Elementos raros y estratégicos en las costras de ferromanganeso ricas en cobalto del Cretácico-Cenozoico de los montes sumergidos de la provincia submarina de Canarias` (Marino, González, Somoza y otros). En él explican que esas montañas submarinas están recubiertas de costras de ferromanganeso de hasta 25 centímetros de espesor, con importantes concentraciones de cobalto (0,5 %), níquel (0,3 %), vanadio (0,24 %) y tierras raras con itrio (0,35 %), así como trazas apreciables de platino y otros metales de su mismo grupo, como rodio, rutenio o paladio.

Es decir, que cada tonelada de costra no solo contiene un promedio de 234 kilos de hierro y 169 de manganeso, sino también 5 kilos de cobalto, 3 de vanadio, 3,5 de tierras raras y 182 gramos de platino. La comparación con la presencia media de esos elementos en la corteza continental -en tierra- revela que en esas montañas submarinas hay 365 veces más platino, 290 veces más cobalto, 24 veces más vanadio, 59 veces más níquel o 10 veces más tierras raras.

Sobre su extracción, dejando de lado la importancia económica del hallazgo, hay que tener en cuenta, primero, que puede tener un gran coste a nivel económico. No hay que olvidar que la parte más cara de la fabricación de dispositivos electrónicos o de las placas solares es la que tiene que ver con la extracción de la materia prima. Si a eso se le añade el hecho de que este mineral se encuentra bajo el agua, el coste aumenta de manera exponencial.

Pero es que además, es precisamente este detalle el que hace que el coste medioambiental sea también enorme. Esto es así porque un error en la extracción de este telurio, un mínimo problema con los cálculos podría hacer que las aguas sufrieran una gran contaminación.