Ya desde la antigüedad el Océano Atlántico era fuente de misterios y encerraba bajo su superficie todo tipo de monstruos y es que más allá de Canarias estaba el fin del mundo, lo que envuelve a las islas en un halo de leyendas que perduran en el tiempo, entre ellos el mito de La Atlántida, los Campos Elíseos o el nombre de 'Las Afortunadas'.

En la antigüedad todo lo que estaba más allá de las Columnas de Hércules, el estrecho de Gibraltar, era territorio desconocido, inexplorado y por tanto entraba en la categoría de los mitos. La leyenda griega de unas islas paradisíacas repletas de árboles frutales y manantiales bien pudiera estar inspirada en el archipiélago canario y el mito del paraíso podría entroncar con una leyenda muy popular, la isla de San Borondón, que tiene su origen en el viaje que realiza por el Atlántico el monje irlandés San Brandán con 14 compañeros buscando una isla que es el paraíso. San Borondón, la isla misteriosa que aparece y desaparece, que fue situada en los mapas de la época y de la que incluso algunas expediciones dijeron haber puesto sus pies en ese territorio mítico, como curiosidad destacar que la bahía de Samborombón (Provincia de Buenos Aires, Argentina) fue nombrada de tal modo durante la expedición de Magallanes en marzo de 1520, en la creencia de que había sido formada por el desprendimiento de la isla de San Borondón del continente americano. El misterio que envuelve a esta isla se une a otros territorios insulares que a pesar de aparecer en los mapas de la antigüedad no pudieron ser encontrados, como la isla de las Siete Ciudades, Hy-Brasil o Antilia. En el caso de San Borondón, su silueta sigue apareciendo en el horizonte de Canarias, donde en el año 1958 la prensa de la época se hacía eco de una fotografía realizada en la isla de La Palma por Manuel Rodríguez Quintero desde el barrio de Las Martelas, en Los Llanos de Aridane, en la imagen puede apreciarse la difusa silueta de San Borondón que se recortaba a sotavento de la isla bonita. El fenómeno fue presenciado por numerosos vecinos de Los Llanos y Tazacorte.

En el fondo del Océano Atlántico habitan muchas criaturas misteriosas, entre ellas destaca El Kraken o calamar gigante, el pavoroso monstruo que salía de las profundidades para arrastrar a barcos enteros y su desdichada tripulación. El calamar gigante puede llegar a medir 20 metros, una longitud que se debe a sus dos tentáculos. Vive normalmente a profundidades entre 250 y 1.500 metros, generalmente cerca de cañones submarinos y donde abundan los peces pelágicos y otros cefalópodos. Canarias es uno de los lugares del mundo donde más calamares gigantes se concentran. Hasta el momento en el Archipiélago no se ha divisado ninguno vivo, pero hay decenas de pruebas de su prolífica existencia. A veces en la superficie aparecen ejemplares muertos y en el sur de Tenerife se ha divisado trozos de ellos en la boca o en los estómagos de sus depredadores. Precisamente el elevado número de calderones y cachalotes en las aguas de las Islas, quienes necesitan alimentarse de grandes animales, demuestra que conviven con estos calamares en las profundidades del Océano Atlántico.