Relata el psiquiatra Luis Rojas-Marcos en su libro "Todo lo que he aprendido" (Espasa, 2014), que estamos diseñados para ser felices y ser optimistas. Entonces, ¿por qué no lo somos? Podemos mejorar nuestra visión del futuro de manera activa.

Autodiagnóstico

O lo que es lo mismo, detectar cómo observamos el recipiente. ¿Contiene agua o un buen rioja? ¿Es un vaso o una copa? ¿Lleva filo francés o el borde va a pelo? ¿Está medio lleno o medio vacío? ¿Te-nemos alguien con quien compartir ese momento placentero en el que lo llenamos y vaciamos a voluntad o es el devenir del destino quien toma las riendas sin avisar?

La esperanza desde el punto de vista antropológico

Implica creer en el futuro, tenerlo contemplado y controlado si es posible. La mejor manera de predecir el futuro es crearlo. Un buen consejo según la Fundación MAPFRE es prever con antelación lo que puede suceder con nuestra jubilación y anticiparse. Y es que el futuro está más cerca de lo que uno suele creer.

Buscar la felicidad no es nuestro fin

Según Buda: "No hay un camino a la felicidad: la felicidad es el camino". Una afirma-ción a la que se han sumado todos los grandes pensadores. El optimismo es encontrar la felicidad en el camino de la autorrealización. Eduardo Punset asegura en su "Viaje al optimismo" (Destino, 2011), que "El pasado fue siempre peor, y no hay duda de que el futuro será mejor." ¿Puede haber una afirmación más optimista que esta?

Mindfulness

Hay movimientos enfocados a la consciencia plena "Mindfulness", que nos permiten aceptar los avatares de la vida. Los sentimientos negativos pueden convertirse es actos reflejos con los que el cerebro se ha acostumbrado a reaccionar siempre de la misma manera porque es el camino fácil. Las técnicas de meditación están destinadas a descartar estos sentimientos negativos que envenenan el espíritu. Podemos readaptarnos para concebir la realidad de una manera distinta y reaccionar ante ella de la forma adecuada. No hay edad para eso, estamos en continuo aprendizaje.

PNL

Según la PNL (programación neurolingüística), cualquier persona puede reprogramar su lenguaje y sus conductas para adaptarlo a la realidad. Si como decía Luis Rojas-Marcos estamos diseñados para ser felices ¿no se impone que se hagamos un pequeño esfuerzo para no desviarnos mucho de este boceto supremo? Un consejo: créase que sus metas son realmente conseguibles y trasládelo a un estado mental cognitivo donde pueda repetir como un mantra que es posible. Porque sí, ser optimista es ser posibilista.