Ambientada en México en el siglo XIX, durante la celebración del Día de los Muertos, Coco cuenta la historia de Miguel, un niño guitarrista autodidacta que, a pesar de que su familia tiene prohibida la música, aspira a ser como su ídolo, Ernesto de la Cruz, el músico más famoso de la historia de México.

"Recordar a nuestros seres queridos fallecidos no tiene por qué ser algo triste y oscuro, podemos hacerlo con alegría y hablar a nuestros hijos de ellos de manera positiva e inspiradora", destaca Lee Unkrich, ganador del Óscar por Toy Story 3. "La película gira en torno a la familia, al calor de la familia y a la obligación de recordar con alegría a nuestros antepasados, contando sus historias a la próxima generación para que nunca se olviden", señala Unkrich, que asegura sentirse "contento" por la "experiencia emocional" que provoca la película, ya que "mucha gente" que la ha visto "se ha emocionado hasta el punto de llorar".

El homenaje a los mayores comienza en el propio título. Coco es la bisabuela de Miguel, el niño de 12 años que protagoniza la historia. Sueña con ser músico, pero la música está prohibida en su familia de zapateros desde que su tatarabuelo los abandonó para irse de gira.

Decidido a cumplir a sus sueños pese a todo, Miguel emprende un viaje que lo lleva a la impresionante y colorida Tierra de los Muertos, una aventura en la que descubrirá las claves del pasado familiar. "No se trataba de contar una historia en la que Miguel simplemente se escapa de casa y rechaza a su familia, porque él quiere a su familia y su familia a él", matiza Unkrich.

Desde el punto de vista visual la película es deslumbrante, colorista y detallista en la recreación de la festividad de los Muertos, basada en varios viajes de investigación. La trama se desarrolla en dos mundos paralelos, el de los vivos y el de los muertos. "Para construir la Tierra de los Muertos nos dejamos llevar por la imaginación, pero al mismo tiempo queríamos que estuviese anclada en México, y nos fijamos especialmente en Guanajuato, que es una ciudad preciosa incrustada en un valle, con edificios coloridos que parecen colocados unos encima de otros", explica el director.

La música es otra pieza clave de la película. Con banda sonora original de Michael Giacchino (compositor también de la banda sonora de Up), la película navega por los distintos estilos de la música mexicana, de la cumbia a la música de mariachis, la marimba o el son jarocho.

Los guiños a la cultura mexicana no se limitan a la música. También aparecen personajes históricos como Frida Kahlo, Dolores del Río y Jorge Negrete, y criaturas mitológicas tradicionales como los alebrijes. Incluso el perro de Miguel, Dante, es un xolo, abreviatura de Xoloitzcuintli, una raza canina cuyos orígenes están profundamente enraizados en la civilización mesoamericana.

La película viene precedida por la polémica promesa electoral del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de construir un muro en la frontera con México y su negativa a conceder permiso oficial de residencia a los "soñadores", hijos de inmigrantes que nacieron en territorio estadounidense y han vivido y estudiado allí.

El actor mexicano Gael García Bernal ha sido especialmente duro al referirse a esta polémica. "Siento que si hay una dedicatoria, y me tomo la libertad de hacerlo en nombre de Pixar y de sus trabajadores latinos, es para esos chicos que crecen en un país, Estados Unidos, donde el presidente dijo que sus padres y sus abuelos son violadores, narcotraficantes y criminales", afirmó el mexicano.

"Esta película les ayudará a tener la entereza y la fuerza que necesitan para contrargumentar esa mentira, para desestimarla y hacerla desaparecer. Coco habla de ese país de donde venimos que es mucho más complejo y sofisticado culturalmente que Estados Unidos. Ojalá esos chicos se sientan orgullosos al ver la película", sentencia García Bernal.