"En este 'show' hablo de mí y de mi entorno, me abro en canal"

El humorista actúa hoy y mañana, en el teatro Cuyás con el espectáculo '30 años no es nada' donde repasa momentos vividos en las tres últimas décadas con anécdotas inéditas de su vida.

"En este 'show' hablo de mí y de mi entorno, me abro en canal"

Manolo Vieira representará el espectáculo 30 Años no es nada en el teatro Cuyás hoy viernes a las 20.00 y 22.30 horas, respectivamente. Y mañana sábado en una sola función a las 20.00. El humorista de La Isleta celebra las tres décadas de su emblemático local Chistera y por este motivo, en el espectáculo, van a estar presente muchas de sus anécdotas más divertidas pero entrelazadas con recuerdo de su vida que nunca había revelado. Aprovechando esta cifra tan especial, Vieira reunió a sus antiguos colaboradores, la mayoría de los cuales ya no trabajan en la hostelería y ocupan cargos de responsabilidad en otras empresas, para contar sus vivencias en el emblemático local de la calle Juan Manuel Durán de la capital grancanaria. Después del espectáculo del teatro Cuyás, Vieira acudirá el 9 de diciembre a Teror para grabar el especial de fin de año, y llevará su obra los días 15 y 16 de diciembre al teatro Guimerá (Tenerife) y el 19 de ese mes a Tazacorte (La Palma).

¿Cómo fue esa reunión del antiguo personal de La Chistera?

Muy bien. Fue reunir a todos los que formaron parte del personal y que aún hoy se sienten Chistera. Estaban repartidos por todos lados del mundo. Algunos incluso estaban en Australia. Yo los cogí de la Escuela de Hostelería de Santa Brígida y otros del Politécnico. La Escuela de Hostelería tenía un gran prestigio por entonces. A ella incluso venía gente de Colombia o Cuba subvencionada por su país a estudiar. Los chicos pasaban como por una escuela de arte y oficios. Muchos tuvieron diferentes trabajos en Chistera ya que pasaban por recepción, freganchín, jefe de sala o portero. Ahora muchos son pilotos de Air Europa, directores de hotel, jefes de producción, etc, pero lo mejor es que todos siguen vinculados con nosotros.

¿Y cómo valoraría la historia del local visto con la perspectiva de todo este tiempo?

Ha sido como todo. Ha habido momentos muy buenos, pero también momentos de crisis. Pero yo he sido muy fiel a una frase que me marcó desde muy joven que decía que "la utopía está para vencerla" y este local ha sido una de las demostraciones. Claro que el éxito al principio fue inmediato porque yo ya tenía un nombre comercial. Yo ya había estado trabajando previamente en Madrid. Allí fui en 1986 y en al año siguiente ya había inaugurado Chistera. Luego continué yendo a Madrid, aunque alternando una cosa con la otra, pero hubo un momento en el que me cansé y me dije que me dedicaría sólo a lo mío, a lo que más me gustaba. Primero abrí un pequeño local en Bernardo de La Torre, durante tan solo 18 meses, y ahora en Juan Manuel Durán, frente a la Base Naval.

¿Por qué cerraron el de Bernardo de la Torre?

Porque había un vecino que era sordo pero que le molestaba los aplausos del público. Y esto, aunque parezca increíble, es totalmente cierto. Al final nos denunció y tuvimos que marcharnos. No hubo problemas con otros vecinos, fue sólo él quien se quejó.

Lo que demuestra que la realidad supera a la función. ¿No cree que las situaciones extravagantes le han perseguido?

Sí, de hecho en este espectáculo digo que reírse aún llama la atención. La prueba es que si estás en una mesa en un bar con tres amigos y alguno suelta una carcajada todo el mundo mira para él. Y no te extrañe que venga el metre para decirte "por favor, bajen el nivel de la voz". La risa molesta. Tú te vas riendo todo feliz solo por la calle y lo que te dicen es que estás loco.

Su paso por la tele le permitió conocer a muchos otros humoristas del país.

Hice mucha televisión en los noventa y trabajé en todas las cadenas. En La Primera hice aquello de No te rías que es peor durante dos años cuando pagaba muy bien y con ese dinerito pude abrir el Chistera y la gente me lo agradeció. Por suerte, hay muchos locales con música en directo. Pero de humor seguimos siendo el referente.

Hace unos día falleció Chiquito de La Calzada con el que coincidió varias veces.

Tras su fallecimiento yo vi una viñeta en un periódico en la que se le veía a él subiendo al cielo y decía "a partir de hoy el cielo será más divertido". Yo la puse en mi twitter y le añadí "sin palabras" porque creía que con la viñeta se explicaba todo. Yo conocía a Gregorio. Era un tipo tan humilde como lo puedas ver tú cuando hablaba. Un tipo sencillo. Además en la época en la que deploraban ese tipo de humor, cuando decían que era para catetos, yo siempre lo defendí. De hecho tengo un cartel firmado por él dándome las gracias por aquello. Mucha gente todavía no sabe cuáles son los límites del humor, ni el idioma que tiene. Y mira que hay gente que ha escrito sobre esto. El otro día me pusieron en mi twitter "cateto, sinvergüenza". Pero cuando me insultan yo siempre les pongo "me gusta". Es una falta de respeto, pero también es la libertad de expresión. Luego ya se encargaron mis seguidores de responderles. Pero ni lo borré ni nada. Y eso hice yo con Chiquito. Su humor era fresco. No tenía segundas partes.

Y también conoció a muchos otros grandes humoristas

Lo mismo me pasó con Paco Gandía justo cuando su mujer había enfermado. Con Eugenio que murió poco después. O Pedro Reyes. Era el programa que presentaba José Luis Coll Hablando se entiende la gente. La mujer de Paco Gandía estaba enferma y murió antes él. Y a Gregorio le pasó lo contrario. Su mujer se murió antes.

¿Cómo surgió este espectáculo 30 años no son nada que representa en el Cuyás?

Como Chistera cumplía 30 años, el mismo día de la celebración se me ocurrió hacer una recopilación introspectiva, cosas que me han pasado, que son anécdotas a las que le doy el tinte cómico. Incluso está el comienzo de todo, el nadie creer en ti. Decirte la gente, cuando le comentas que vas a dedicarte a esto profesionalmente, "¿tu estás loco?" y yo decirle "pues sí". Son treinta años con sus altibajos durante hora u media. Habrá sorpresas, hablaré de mi infancia. Yo siempre digo que nací con una pedrada porque yo era el raro de la pandilla porque cuando yo hablaba en serio los demás se reían. Primero me preguntaba '¿Cómo será posible? Pero luego me di cuenta que había un filón ahí, y dije "pues voy a dedicarme a esto". El espectáculo se llama 30 años no es nada, que también significa que seguiremos otros 30 años más, aunque entonces tendría 98.

¿De qué historias va a estar formado el show?

Serán los temas clásicos pero también los más antiguos porque me voy a los años 80, aunque de soslayo. En realidad es un repaso, pero suelo decir que cuando acabe seremos íntimos el público y yo porque hablo mucho de mi familia y de mí mismo. Me abro en canal. Muchas veces la gente ve al artista, pero se ignora un poco a la persona y por eso hablo de mí y de mi entorno para mostrar cómo soy. Y eso me permite improvisar mucho. Se me ocurre cualquier bobería y la suelto y me da frescura.

¿Cuándo recuerda que fue el momento en el que su popularidad dio un tirón enorme?

Fue cuando participé en un Carnaval en el año 1985 en el López Socas de Las Palmas con Juan Rodríguez Doreste de alcalde. El Carnaval se transmitía en directo para toda Canarias. Ellos me dieron un espacio de humor y ahí empecé. La gente se preguntaba '¿Y dónde estaba este tipo?' Por entonces yo trabajaba de día porque había estudiado comercio. Y entonces trabajaba en una empresa de productos químicos. Pero por la tarde me puse a trabajar en un bar llamado Jr. Y yo allí contaba un chiste, o me lo contaban los clientes. Lo cierto es que siempre tuve la inquietud. Pero aunque esto no se puede prever, con la televisión hizo boom. Fue cuando solo existía un canal. Había gente que contaba chistes, pero de otra manera.

Por entonces Pepe Monagas había muerto y se decía que usted era su continuación.

Sí, pero él en rural y yo en urbano. Yo soy urbanita. Pancho Guerra, que es el gran autor que escribió obras de teatro y poesía, hacía humor de otra manera. Luego aparecí yo y dijeron eso. Pero yo puedo contar poco sobre el campo.

Si tenemos en cuenta la situación actual de España, con la mayor crisis institucional de la historia de la democracia, ¿cree que la competencia de los humoristas son estos políticos?

Los políticos me sirven de contrapunto. La gente les mira a ellos y me miran a mí y salgo ganando. La política no la toco. El rato que estamos juntos no lo llamo espectáculo porque eso lo están dando ahí fuera unos cuantos y dentro de poco votamos... Me explico.

Este año su show de fin de año se va a celebrar en Teror.

A partir de ahora va a ser itinerante. La idea de hacerlo en televisión es siempre para cubrir a esa gente que no tiene posibilidad de verme en el Chistera o en el teatro. Lo que diga son cosas mías pero actualizadas. Hablaré de cosas de ahora. Es increíble ver fenómenos como Alisios que han inaugurado hace poco. En realidad no deja de ser un centro comercial, pero lo venden como algo especial. Pero todo está al aire libre, y si te coge la lluvia te tienes que meter en Zara obligatoriamente.

¿Y puede adelantar qué cosas tiene previsto actualizar?

Por ejemplo, Mí primera comunión lo podría actualizar porque, ahora, las niñas van de rosa clara, se hacen grandes banquetes y la invitación te la mandan con una cuenta corriente, lo que es una falta de respeto del carajo, para que si no puedas ir hagas un ingreso.

¿Y saldrá el personaje de Alexis en algún momento?

Es Alerxis, con r intercalada antes de la x, y aparece en el momento en que tengo que defender a determinados niños que hablan como él. Pero voy a contar una anécdota de hace muchos años que es muy bonita porque es cierta. Yo estaba con Braulio paseando por la playa de Las Canteras y oigo a una señora gritar "Alerxis ven aquí". Y me dice Braulio, "¿escuchaste Manolo?". La señora me ve y me dice "yo tengo un hijo que se llama Alerxis que nada tiene que ver con el golfo que usted conoce. Es tan bueno tan bueno que lo llevo a la orilla de la marea, le doy un balde y una pala, le digo 'no te muevas de aquí hasta que yo te lo diga' y el niño, ya pueden pasar cuatro horas, que no se mueve. Y esto es verdad". Y yo le dije "pues su hijo corre peligro, señora". Y me pregunta "¿por qué". Y yo le contesto "pues porque si sube la marea se lo lleva".

Sólo que ahora los niños no se mueven porque están manipulando sus teléfonos móviles.

Cierto. Es lo mismo que está pasando ahora, que lo digo al final del show, con las redes sociales, esto es de locura, pero de eso hablaré mejor sobre el escenario.

¿Tiene previsto en su agenda jubilarse algún día?

No me pienso jubilar, pero cuando yo vea que lo que hago es faltarme el respeto a mí mismo me iré. Estoy en manos de médicos para conseguirlo. Se puede ir cambiando de ritmo, hacer menos esfuerzo, pero abandonar nunca.

Tras el espectáculo de este fin de semana, ¿cuándo tiene prevista su reaparición?

Para después de carnavales, porque después viene navidades, carnavales, el día de los enamorados, etc, y algo haré después. Ahora estamos en el Cuyás, luego nos vamos a Teror donde grabaremos el fin de año, luego al Guimerá y el 19 de diciembre me voy a Tazacorte en La Palma con ese fenomenal puerto. Dicen que los sueños, sueños son y puede ser verdad, depende de ti mismo. Con ganas, esfuerzo, tesón y mucho trabajo se materializan. Pasan de estar en un mundo borroso y traslúcido a ser tangibles, claros y sólidos.

¿Se considera nostálgico?

No soy nostálgico, pero tampoco soy partidario de romper con el pasado porque pierdes el norte. Soy muy consciente de cuáles son mis raíces, de donde vengo, para no perderme ahora. Porque hay gente que se olvida. Muchas veces echas un vistazo al pasado y valoras lo que tiene ahora, el presente. Pero 30 años no es nada es un juego cómico, en el que no hay nada de lágrimas ni cosas de esas. Por lo demás todo será cuestión de reírnos y ya está. Aunque también hay gente que no se ríe. He visto a algunos espectadores en las primeras filas mirarme sin poner una sola mueca. Y luego al final decirme que les había gustado mucho y que se lo ha pasado muy bien. Y me pregunto que si realmente sabían que era un show de humor.

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