Dicen los expertos que en 2020 ya será común ver vehículos sin conductor. Aún es arriesgado imaginar el nuevo escenario aunque se puede in- tuir que al disminuir el factor humano y aumentar la automatización bajará la siniestralidad y au- mentarán las garantías de seguridad. ¿Qué pasará entonces con los seguros? ¿Habrá pólizas contra hackeos de coches o se tratarán estos como si fue- sen electrodomésticos? Además, si nadie conduce y se produce un siniestro ¿de quién es la responsa- bilidad?, ¿del fabricante?

?Nuevas necesidades, nuevos seguros

En relación con la salud, no es descabellado pensar en coberturas en las que se incluyan wearables, prendas inteligentes que podrían llegar a captar las constantes vitales del usuario y transmitirlas en tiempo real a su smartphone o al de su médico.

¿Y los hogares? Nuestras casas están cada vez más llenas de dispositivos conectados a Internet. Así, podrían instalarse sensores para detectar y avi- sar en caso de incendio, inundación o u otros siniestros, evitando daños mayores.

El futuro viene cargado de retos y oportunidades. "Si existe un nuevo riesgo, existe una nueva necesidad aseguradora", explica Paola Serrano, experta del área MAPFRE Global Risks, al re- ferirse al turismo espacial, un segmento que se escapa de la clásica cobertura de los seguros de viajes.

Pero además, como explican desde Fundación MAPFRE, las compañías aseguradoras están en la base de muchos de estos avances tecnológicos y científicos aportando confianza y cumpliendo una función económica y social. ¿Se imaginan un mundo sin seguros?