"Este montaje puede ser un previo al Carnaval"

El actor coruñés, que interpreta al personaje de Bernadette, explica las claves de la obra

"Este montaje puede ser un previo al Carnaval"

Armando Pita es uno de los actores que interpretan a las drag queens que protagonizan el musical Priscilla y que realizan ese tour divertidísimo por Australia . El actor coruñés, que encarna el personaje de Bernadette, lleva 20 años asumiendo los roles más destacados y complejos de las producciones musicales más lujosas que han pasado por el país

¿Cuáles son los parecidos y diferencias entre el musical y la película de 1994?

La esencia es prácticamente la misma porque es la misma historia, los mismos personajes y la misma aventura por el desierto australiano. Son tres amigos que van buscando, en ese autobús que se llama Priscilla, la aceptación de uno mismo y también de lo que sienten. Los tres van acompañados de la música disco más emblemática de todos los tiempos, al igual que la película. Pero la propuesta teatral es mucho más visual porque siempre las adaptaciones del cine al teatro son tratadas con esmero. Pero yo creo que Priscilla convence de forma muy acertada porque está muy bien teatralizada, manteniendo la verdad de los personajes y la historia, con todos los gags y bailes. La experiencia del directo siempre demanda algo más y por eso el vestuario que nosotros llevamos es impresionante. Luego, en la puesta en escena, destaca ese autobús robotizado, que es un protagonista más en la obra. El objetivo es que la gente tuviera un plus más allá que la película y se ha conseguido.

¿Cómo resumiría la puesta en escena del musical?

Como muy visual ya que hay vuelos y aparecen cuarenta personas con cuarenta cambios de ropa, y cada traje es más impresionante que el anterior. Creo que podría verse como un precarnaval de Las Palmas. Y más que nosotros tenemos muchísimo respeto a esa fiesta. Estaremos encantados de que nos vengan a ver toda la gente que participa en la gala drag queen y sus fans porque se van a quedar encantados. Ya sé que la gala es puro espectáculo, aunque la comedia y el drama en esta obra también son muy importantes.

¿Y cree que los trajes son alusiones a esa fiesta?

Son tres amigas drags de diferentes generaciones y eso se ve desde el minuto uno porque tenemos cambios vertiginosos con el imaginario y temática drag. Aunque no es nada que no sepan en Canarias, en la Península causa bastante gracia. Al final tenemos que juntar las dos cosas.

¿Ha supuesto un reto este papel en su carrera?

Es un papel para actores de más edad. Y aunque me veía capaz de defenderlo y sacar todas mis herramientas sobre los escenarios, sí que pensé que no era una opción primaria. Pero la productora quiso apostar por mí y yo, ante un reto como ese, no pude decir que no. Creo que lo estamos defendiendo de una forma bastante decente.

¿Cree que cada vez más las productoras apuestan por musicales más contemporáneos?

Yo creo que la tendencia es traer productos de calidad. Que tenga un currículum con el que se sepa que ha funcionado y que la gente empatice con él. Y yo creo que se sigue trayendo un poco de todo, pero por eso se buscan nuevos títulos que también es de agradecer. Pero yo creo que Priscilla dentro de poco se convertirá en un clásico contemporáneo porque el hecho que lleve esos 20 años le otorga ese puesto de privilegio. Es un musical que ha sido superpremiado y ha estado en muchísimos países. De todas formas, hay una demanda porque si no las productoras no se atreverían a mover estos mamotretos y en esta caso hay que valorar el esfuerzo que está haciendo la productora SOM. Y si se mueve es porque la gente lo demanda.

¿Y qué cree usted que hace especial a un musical?

El que la gente se traslada por la música, el baile, la escenografía. Todo es tan visual que comprar dos horas y medias de felicidad en estos tiempos que corren la gente lo sopesa y valora.

¿Qué destacaría de la obra?

Que está muy bien escrita y dirigida y que a mí me encanta representar porque tiene las partes de comedia y, en contraposición, la dramática ya que estamos hablando de cosas socialmente comprometidas como es la diversificación familiar, la tolerancia, el no tener miedo a uno mismo, el reivindicar lo que uno es. Y yo quizás me quedo con esas dos cosas, con la parte del drama más tierno y los puntos comedia más alocados y absurdos que también los hay. Esa montaña rusa es lo que mantiene a los espectadores en la butaca mientras se van cantando y bailando todos los éxitos disco. Y ese es el secreto realmente.

¿Y qué diría en cuanto a dificultad técnica en este musical?

Lo más complicado es la coreografía interna porque hay muchos cambios en cuestión de segundos para llegar a otra escena. Y hay una coreografía milimetrada con todo el elenco y el equipo técnico súpercansados porque hay vuelos, máquinas bajando, etc. Luego, cuando salimos al escenario, nos sentimos tan libres de no estar metidos en esa selva entre cajas que la función pasa como la seda.

¿Qué sensación tiene el público en el patio de butacas?

Es como si fuera una discoteca. Por otro lado, hay algún personaje que ameniza el intermedio con más música disco y suele estar entre los espectadores.

¿Cómo definiría su trayectoria como actor de musicales?

Empecé hace más de dos décadas y he podido vivir ese resurgir del musical y tenido un hueco en muchos de los grandes. Ha pasado todo muy rápido, pero realmente he pasado por muchos. Empecé con El fantasma de la ópera haciendo del galán, y he tenido la suerte de hacer a personas diversas. Fui Lumiere en La bella y la bestia, el maestro de ceremonias en Cabaret. Con Tricicle pude hacer de mí mismo con noventa años en Forever Young. En Los miserables pude ser el usurero, la persona más mala malísima, uno de los Thénardier. Y ahora interpretando a una mujer que nace en un cuerpo equivocado y que para mí es un bombón de personaje.

¿Les están apoyando las asociaciones de gays y lesbianas?

Ha tenido mucho éxito en el colectivo. En Madrid, por ejemplo, ha sido icono para las fiestas que ha celebrado el orgullo gay.

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