El terror es uno de los géneros cinematográficos más interesantes para experimentar. Se ha hecho prácticamente de todo, pero aún hay espacio para sorprender y lograr que el público se agarre a la butaca desando que el horror del que está siendo testigo llegue a su fin. Una premisa que se cumple en Hereditary, filme con un argumento a priori trillado pero que ha causado buena sensación en aquellos festivales por los que ha desfilado y más de una noche sin dormir a los espectadores que ya la han visionado.

Annie (Toni Collete), da vida a una mujer casada y con dos hijos que trata de pasar página en la antigua casa familiar que ha heredado tras la reciente muerte de su madre, la autoritaria matriarca de la familia Graham. Todo se complica cuando comienzan a ocurrir oscuros fenómenos paranormales que se focalizan en la hija menor de Annie, Charlie, y que desvelan terroríficos secretos sobre su familia y su siniestro destino.

Posesiones infernales, violencia, seres demoniacos y mucha claustrofobia son los puntos fuertes de una cinta que brilla por sus actores y por la capacidad narrativa de su director, Ari Aster. El título ya ha sido denominado como "una de los mejores filmes de terror de los últimos tiempos".