Lerma es villa de amplia historia y cabeza de comarca en la que se encuentran notables sitios como Silos y Covarrubias, lugares también de profunda alma castellana y esplendoroso pasado. Erguida sobre un otero que domina el río Arlanza, fue lugar de recreo de la Corte de Felipe III y sueño de su hijo más ilustre, Francisco de Rojas y Sandoval, el famoso duque que dotó a su localidad natal de un patrimonio sorprendente.

Ha sobrevivido a los siglos y sigue igual que en el XVII. El valido del rey Felipe III fue mecenas de uno de los edificios emblemáticos de su villa. El Palacio Ducal llegó a tener 210 balcones, 35 ventanas y dos lujosos patios renacentistas. Aquí nació la Infanta Margarita de Austria, inmortalizada por Velázquez en uno de sus lienzos. Desde hace años convertido en Parador de Turismo, se extiende en torno a un patio central rodeado de galerías columnadas. Exteriormente destaca por su fortaleza y simetría, realzada por grandes torres en las esquinas.

Impresiona también la magnífica Plaza Mayor, un espectacular recinto de casi siete mil metros cuadrados, una de las más grandes de España, diseñada para juegos y espectáculos y como corral de comedias. Lope de Vega la menciona en su obra La burgalesa de Lerma: "Quisiera que tú hubieras visto, Leonarda, la hermosa plaza de Lerma, un cuadro como en pintura....". Desde la plaza parte un entramado de pasadizos que unen el palacio, la colegiata y los conventos. La finalidad era que nobles y clérigos pudiesen desplazarse en secreto.

El mecenazgo de Francisco de Rojas y Sandoval dotó a la villa de su arquitectura más imponente. La colegiata de San Pedro es uno de los edificios religiosos más importantes, construido por iniciativa del duque e impulsor de prácticamente todo el conjunto conventual de la localidad, como el monasterio de San Blas, el de las Carmelitas Descalzas o el de Santo Domingo, además del de la Madre de Dios.

El duque donó dentro de las murallas un hospital, una fábrica de tintes, una imprenta real y un batán. Financió también obras extramuros, como siete ermitas o el edificio de La Ventosilla, donde descansaba su séquito entre idas y venidas a la corte.

Además de arte y mucha historia, hay naturaleza en espacios protegidos como el LIC (Lugar de Importancia Comunitaria) Ribera del Arlanza y afluentes y ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) Sabinares del Arlanza.