Las alpargatas de Chanel se han convertido en un clásico del verano. Son sencillas y elegantes, de yute y suela de cuero, y representan una de esas inversiones que duran muchas temporadas en el vestidor. La única pega es su precio. Quienes no quieran o no puedan quemar la tarjeta de crédito pueden optar por el modelo de Uterqüe que triunfa entre las influencers, que, salvando las distancias, constituye una magnífica reinterpretación.