El viernes 23 de noviembre, dentro de dos semanas, tendrá lugar el Black Friday, esa curiosa festividad norteamericana por la cual nos lanzamos a comprar como si no hubiera un mañana. Y especialmente en lo referente al sector tecnológico, ya que el lunes siguiente es el Cyber Monday, alter ego digital del viernes de marras.

Son unos días de compras frenéticas. Tan solo en el Black Friday, los españoles nos gastaremos una media de 89 euros por persona según el Barómetro de tendencias en las compras navideñas 2018 realizado por American Express. Tres de cada cinco españoles compraremos ese día según el mismo estudio.

Pero antes de tirarse a la calle a comprar compulsivamente, especialmente cuando si se trata de dispositivos electrónicos, conviene tener en cuenta algunas claves para evitar que nos den gato por liebre digital, no sea que el gran día de las ofertas se convierta en un día realmente negro.

Lo primero que hay que tener claro es qué dispositivos necesitamos. Salvo que vayamos a hacer negocios en el mercado negro, no tiene ningún sentido comprar cosas que no hacen falta. Si ya tenemos un televisor, no nos hace falta otro. Por muy rebajado que esté. Si nuestro móvil funciona bien, no hace falta cambiarlo. Por muy buena que sea la oferta. Eso sí, si la tele o el móvil llevan tiempo pidiendo el cambio, ahora es el momento.

Conviene saber el año de fabricación del dispositivo que vamos a adquirir. Estos días son perfectos para que, como por arte de magia, aparezcan ofertas de gadgets de hace varios años. Ojo con esto.

Es importante saber el precio de lo que vamos a comprar con semanas de antelación. Hoy mismo es el día perfecto para empezar a controlar el coste de esa tableta, esa consola, o esa lavadora que tanto anhelamos y que necesita renovarse. El trabajo es sencillo: mirar el precio en diferentes páginas webs del mismo producto, y controlarlo cada dos o tres días para ver si sube o baja. Haciendo esto sabremos si el Black Friday o el Cyber Monday estarán rebajando realmente los productos que queremos. Nos sorprenderá ver que no siempre es así.

Si lo que se quiere es monitorizar esa fluctuación de precios en Amazon, existe una extensión para el navegador Google Chrome que se llama El Camelizer - www.camelcamelcamel.com- con la que podremos hacer ese seguimiento de forma automática. Aunque también hay que recordar que la propia Amazon permite guardar todo lo que queramos en listas de la compra y nos avisa si esos productos cambian de precio.

Promociones

Absolutamente todas las marcas -desde aerolíneas hasta fabricantes de coches, pasando por hoteles y tiendas de ropa- hacen promociones con motivo del Black Friday, por lo que nunca está de más comprobar las ofertas directamente en los fabricantes. Las webs de las marcas informan de esas ofertas, que deberían coincidir con las que hay luego en los establecimientos minoristas.

Y por encima de todo hay que comparar. A menudo las grandes campañas nos ofuscan con sus bonitos colores y bellas palabras, pero luego resulta que el colmado de la esquina tiene un precio mejor. En el Black Friday todo es posible. Incluso que nos engañen.